Manuel Mejido

Foto: La Jornada

Por un twitter de la periodista Mireya Cuéllar, en La Jornada de Baja California, me enteré hace un rato de la muerte de mi muy querido amigo, paisano y colega Manuel Tejido Tejón. Imposible olvidar que una tarde, tendido panza abajo en la sala refrescante de mi casa de Tierra Blanca, Veracruz, leí hace varias décadas en la primera plana del diario Excélsior (que por suscripción de mi padre llegaba al pueblo en autobús con retraso de uno o dos días), un reportaje de Manuel Mejido, firmado en algún lugar de Europa. 

   Mientras leía la nota, mi padre, de pie a mis espaldas, solamente comentó: «Este periodista es de aquí, de Tierra Blanca, hijo de un amigo de tu abuelo Daniel» (médico homeópata) que, a su vez, en efecto, había tenido amistad con don Luciano Mejido, próspero comerciante inmigrantes español).

Don Luciano había sido asesinado por un ebrio, unos años atrás, a las puertas de su tienda en Tierra Blanca. Dejó viuda a su esposa, doña Generosa (también española) y huérfanos a varios hijos, entre ellos Manuel, el más pequeño, con quienes se fue a vivir a la ciudad de México. 

   Cuando mi padre me contó la trágica y breve historia, me preguntó: «Qué, ¿te interesó?». Yo solamente le respondí: «Sí, yo quiero ser reportero, como el que firma esta nota en Europa, Manuel Mejido». 

    Años después, terminada mi primaria en Tierra Blanca y mi enseñanza secundaria en Orizaba, Estudié periodismo en la UNAM, me hice reportero en la revista Tiempo con don Martín Luis Guzmán y en 1973 se me presentó la oportunidad de Ingresar a la segunda edición de Últimas Noticias (la Extra), en Excélsior. Oportunidad que le debo a quien sería mi jefe y amigo, el periodista Carlos Ravelo Galindo. Un día llegó hasta mi escritorio en el cuarto piso de Reforma 18. un famoso reportero de quien solíamos decir en broma que su segundo apellido era «enviado», pues así le firmaban todo su trabajo: era Manuel Mejido.

    Sin rodeos, me preguntó: «¿tú eres el nieto del doctor Daniel Rodríguez, de Tierra Blanca?»

    Mi respuesta inició una amistad de muchos años. Salí de Excélsior con Manuel en 1976 y me incorporó al grupo de investigaciones especiales que coordinó en El Universal, diario al que renuncié en 1977 para participar en la fundación de Unomásuno. En el camino, gané valiosa experiencia con apoyo editorial para sus libros. Descanse en paz. un reportero legendario.

lugrod@hotmail.com

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