Las bestias rubias, su predominio rapaz e inhumano

A propósito de un único relato

Crónicas Ausentes

Lenin Torres Antonio

Los lugares santos eran protegidos de las hordas de bárbaros que venían del norte, el mediterráneo constantemente se preparaba para protegerlos, ese momento dio inicio no tan sólo a la forma de ubicar la temporalidad de occidente, el a.c. y d.c., sino también se puso en juego el destino de la humanidad, y se comenzó a determinar el único relato de su historia, ya escrita para la eternidad, donde los barbaros se hicieron dueños no tan sólo con los lugares santos sino también se adueñaron del mundo, “las bestias rubias y bárbaras” cubiertos con pieles de ovejas para no ser identificados, y configurados perfiles civilizados para hacerse con la verdad absoluta y hacer plausible un relato que siempre es el mismo.

Un relato del predominio de la raza dominante y sus pueblos sometidos a espejismos y mitos constitutivos para su explotación rapaz e inhumana, quizás un relato de la biología de lo social, y la genética de la verdadera filosofía que no nos atrevemos a aceptar como la verdadera “naturaleza humana”.

Pero “las bestias rubias”, la especie dominante en la cúspide de la pirámide evolutiva construyó un andamiaje intelectual para acompañar a la fuerza bruta y hacer parecer que vivimos el mejor de los mundos posibles, y consumar y mantener el predominio, la consumación del único relato de la historia humana, anterior y el futuro escrito para la eternidad tiene que ver que siempre albergamos el sentimiento o pensamos que el ser humano es un ser bueno, racional y comunitario, que la historia del animal llamado hombre es la historia de una evolución positiva y exitosa, es decir, que el desarrollo del hombre, a lo largo de su corta historia en este mundo, es hacia mejores estadios de vida, y cognitivamente hacia el desarrollo de su inteligencia para construir un mundo prospero, racional y justo.

Hemos creído que vivimos el mejor de los mundos posibles, y que la exclusión, la pobreza, la violencia, y la injusticia se combaten con un marco conceptual racional único, que podemos llamar, pensamiento único legitimador (mitos constitutivos), y que occidente se obceca en imponerlo como la única mirada, la única gramática con que definir la naturaleza humana, y que esos mitos desafortunadamente sólo han servido para construir un marco conceptual para legitimar la explotación (esclavitud) humana a manos de unos cuantos: es así que la democracia, la justicia, el derecho, la igualdad, la dignidad, etc., son nuestros románticos e ideales barrotes de la celda de nuestros cuerpos, donde se nos infringen severos castigos correctivos, por lo que no debemos olvidar que “la letra entra con sangre”, que la idea que tenemos del mundo ha sido construido a expensa de grandes sufrimientos y sangre humana, en suma, la historia del hombre es la historia de sus guerras externas e internas, individuales y colectivas.

Sócrates (Platón) inaugura esa gaya actitud del hombre por sus mitos constitutivos, sepulta el lado trágico del hombre, y con su máxima “sólo sé que no sé nada” inicia la petición de principio que entrampa los sentidos en el símbolo y la letra, que encuentra en la finitud del lenguaje su propia auto justificación impidiendo ir más allá la experiencia humana, y  nos condena a un eterno sufrimiento prometeico, pues el saber no nos garantiza nunca la verdad total, y la búsqueda esquizofrénica por encontrar la verdad empobrece y vuelve temeroso el cuerpo (alma) del hombre, una verdad que siempre ya no es cuando pensamos que era, y preferimos creer en la nada (en esos mitos constitutivos)que no querer, parafraseando a Nietzsche.

Vivimos en pos de un paraíso que siempre es pospuesto por esa saber que nunca es completo, la garantía de la verdad queda pues, en un pensamiento que “no sabe que sabe”, pero que es lo único que tiene el hombre para decir ¡yo soy!

De esa confusión del animal con tenues sentidos y una imaginación que rebasa los puntos de apoyo ciertos para saber del mundo externo e interno, para darle certeza al pensar como la única garantía de certeza, que se sirvieron los resentidos, el fuerte (débil) que devino en asceta y en portador de la buena nueva, los dueños del gran engaño de la intolerante gramática occidental, perversa y mortal, eficaz y segura como instrumento de explotación y denominación, una gramática que contiene hasta su auto justificación en una antítesis de una diferencia controlada del acto revolucionario que permite la legitimidad del sistema de dominio, e incluso de una verdad que se auto legitima con el mismo pensar, cogito ergo sum, aunque lo inconsciente, la voluntad y los procesos alienantes de la economía lo hagan trastabillar, e incluso, lo hagan caer en contradicciones con sentencias como: “el hombre ha muerto”, “hay un inconsciente que opera independientemente de la razón”, o “el medio de producción troquela al sujeto necesario que le permita reproducirlo, y condene al hombre a ser sólo un (valor económico)”.

La historia del hombre tuvo dos rutas: la ilustrada (la del logo y la letra) o la mítica (la que sólo se entendía descifrándola), la irracional y proscrita, la que sólo se enseñaba a través de los canticos, dos caminos que pudieron ser la diferencia, entre este mundo, y otro que quizás pudo ser mejor.

Fue Sócrates quien nos puso por el sendero de los ilustrados y racionales, y posteriormente el romanticismos y la ilustración vienen pues a darle la supremacía al sendero ilustrado, a esa creencia que el hombre con la luz de la razón desvelará la verdad del hombre, y que sus dudas no tan sólo se responderán desde la garantía de su cogito, sino con hechos que evidenciarían que la elección fue la correcta; la urbanización, la comodidad del mundo moderno, las letras de los sabios que nos arreglan nuestros problemas para una vida más confortable y placentera, una vida en comunidad menos salvaje, y las cuentas de vidrios, los espejos, fortalecen y apuntalan al narciso que habita en cada uno de nosotros, pero también es el comienzo de la apropiación de nuestras voluntades que encuentra sus puntos de apoyo estructurales en nuestra propia naturaleza sumisa y acostumbrada al mando.

Es la hora del tiempo de las maquinas, ruedas, fabricas, edificios, placebos, etc., donde los sentidos son explosionados y utilizados para reafirmar nuestra condición de civilizados, hasta llegar al momento actual, donde lo real se sustituye por una híper-realidad que nos deja en total indefensión ante el sistema mundial de dominación y explotación, el proceso de alienación culmina exitosamente, y el hombre se reduce a un plus, queda pues tan sólo un numero en la lápida de cada uno de nosotros aun antes y después de morir.

La cultura occidental nace en el Mediterráneo, en Grecia se consuma el abandono de la tragedia, del origen en el caos, y se inicia la tiranía del logo y el lenguaje, pero no es ahí donde nacen los que se adueñan del mundo, las hordas de los barbaros del norte de Europa, venidos beatos y redentores de la fe, se hacen con los lugares santos y administran no tan sólo la fe, construyen la verdad del hombre, y definen lo que es naturaleza humana, se adueñan del mundo espiritual y material. Desde ese momento, el mundo tiene un solo dueño. 

Las miradas de los señores feudales se desvían de los lugares santos y se sitúan hacia los cuatro puntos cardinales, ya no les son suficientes sus tierras y sus esclavos, e inician la colonización salvaje de África, Asia, América, aun todavía no llegan las luces de la Ilustración que les permitan pasar de la colonización salvaje a la colonización civilizada (ideológica), tan sólo le teología justifica la apropiación de los salvajes y sus tierras; los negros, los indios, los chinos, los amarillos, al fin de cuenta, lo que marca la diferencia es la piel, podríamos decir que es el tiempo de la supremacía de la piel blanca.

La Ilustración sentó las bases ideológicas y epistémicas de la colonización civilizada (ideológica) con la que los señores feudales monárquicos (democráticos) sustituyeron la fuerza bruta por las ideas, como nos las describe Foucault en vigilar y castigar, el castigo paso del cuerpo al alma, y se nos hizo creer que el alma era diferente al cuerpo, e incluso, que el alma era más importante que el cuerpo, criminalizaron al cuerpo.

Proscribir el cuerpo no los eximió de contradicciones, puesto que, en la intimidad y el poder, los señores dueño del mundo sólo a través del cuerpo podrían perpetuar su linaje.

El proceso de dominación de los señores reyes de piel blanca, pasó de la colonización por la fuerza a la colonización civilizada e ideológica, se instala la superestructura o metalenguaje de la dominación, la gran gramática de la única verdad, que no tiene nada que ver con la economía capitalista, sino ideológica-filosófica, y fundamentalmente, con el lenguaje y la psicología.

El corpus epistémico-ideológico de la fe ciega en la razón y la democracia son interiorizado para permitir una dialéctica que justifique la superación de los contrarios, podemos decir que se instala la teoría de la diferencia que posibilita al ser en el no ser, el hombre como dice Nietzsche, prefirió querer la nada (la ideología ilustrada) a no querer, porque ante la proscrito del goce del cuerpo, que no necesita palabras, letras, el goce se instala en el símbolo, un símbolo insaciable, y perverso, limitado y acomplejado. Por eso quien impusiera la gramática dominaría al mundo: la cruzada por los lugares santos, se sustituyó por la cruzada por el predominio de la gramática occidental, qué importa que la cultura legitime el burka, si occidente dice que eso es inmoral y anormal, ya está dicho todo; la verdad de los hombres quedó secuestrada. La madre de todas las batallas en un tiempo por venir será por rescatar la diversidad y la pluralidad de los cuerpos y tierras.

La historia del hombre es la historia de sus guerras internas y externas, guerras que se conducen en sentido inverso a la razón y a la civilización. El agotamiento de esa gramática perversa de dominio y explotación, de desesperanza y de sufrimiento, no permiten augurar ni un saber cierto del hombre y su naturaleza porque los dictados de esa gramática de dominio lo construyeron no para un saber de si, y si como un instrumento de dominio y explotación, donde lo trágico y el cuerpo fue criminalizado y excluido,  ni mucho menos una res pública que sus mitos sean los fines últimos del hombre: la justicia, la igualdad, la democracia, la dignidad, por lo que una nueva crisis del concepto del hombre y sus naturaleza, y fundamentalmente, su condición social, se hace obligatorio y urgente.

Esto podría ser el momento de despertar del sueño dogmático en que nos ha mantenido el sistema de alienación y dominio que ha construido e impuesto una sólo lectura del hombre, la gramática occidental del 1%, y revertir el proceso histórico de lo excluido y temido, de lo extraño y olvidado, desde un verdadero nosotros por encima del yo y tú en que se ha resumido nuestras identidades, aunque sea una forma de creer que es posible algo que no tenga una única autoría que pueda cambiar la historia de un Hombre con “H” mayúscula y muchos con “h” minúscula, y revertir la única gramática (mono-relato) que permita la superación de los contrarios y nos quite, y libere del peso de los significantes que entrampa nuestra inteligencia y esclavizan nuestros cuerpos.

Es hora de entender lo evidente de ese mono-relato que tienen la desfachatez de escupirnos y esculpirnos nuestra historia de siempre, que pareciera que hace que el buen entendedor necesite muchas palabras para entender lo evidente y perverso de ese sistema de dominio esclavizador en manos de “las bestias rubias”, a propósito de tres escupitajos de eso evidente que no necesita muchas palabras para en buen entendedor:

“El FMI recorta drásticamente la previsión de crecimiento para América Latina en 2019”[1], «¡qué extraño¡»…..hasta cuándo nos vamos a deshacer de la explotación del Imperio y de sus vasallos en nuestros países, el sueño bolivariano de una América Latina Unida, otro espejismos de los muchos del Gran Relato que hasta se  permite la posibilidad de lo contrario para auto legitimar el predominio mordaz de “las bestias rubias”,

“Eduardo Bolsonaro, un aspirante a embajador bendecido por Trump y por su padre. El diputado de 35 años, al que el presidente de Brasil quiere al frente de la embajada en Washington, es policía y abogado..”[2], los iguales se juntan y se organizan, que son los extremistas de derecha para mantener el status quo con su líder en turno, el rubio bárbaro del Norte de América, y,

“El Gobierno de Trump extiende el uso de las ‘deportaciones exprés’ a todo el país”[3], a la carga con todo lo que da para aniquilar a los humanos de tercera y sacarlos del paraíso, y nuestros gobiernos de Latinoamérica timoratos y cobardes solo contemplan, presas del miedo que provoca “las bestia rubias”.

Julio de 2019


[1]https://elpais.com/economia/2019/07/23/actualidad/1563884643_277974.html?fbclid=IwAR2URBT4xcjMRmwKNvyf_XJXZ-iKQCjg-mdGNiQK5M7H5C45MvhBEOTp_Q0

[2]https://elpais.com/internacional/2019/07/22/actualidad/1563822867_797050.html?fbclid=IwAR0NZmsZloue7_GZ5-EgZiygKCs-QpcsugrYRRGlD-4L3vk2V3eSGZV92-4

[3]https://elpais.com/internacional/2019/07/23/actualidad/1563833803_798374.html?fbclid=IwAR1urhBKy7O4IzY91G8I6XBNocRtNduk4GEhyIqlShYNROnJda9eoc2Us6Y

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