Cacique de Huimanguillo compra a un cura

La Grilla en Tabasco.

Es un escándalo. Puede configurar varios delitos. Es saqueo y se embarra a un cura ingenuo o ambicioso, pero sobre todo a la milenaria iglesia. Se trata de una prueba más de que José Sabino Herrera Dagdug corrompe todo lo que toca; que manejó al ayuntamiento de Huimanguillo como si fuera su rancho y que actuó como su capataz el edil interino, Jonás López Sosa.

Luego de que éste último y los demás regidores se tomaron la foto con el cura originario de Villa Parrilla, el ayuntamiento emitió el siguiente comunicado que no deja margen a la especulación:

“La administración municipal otorgó en donación a la parroquia San Cristóbal una camioneta Suburban 2017 para que ésta pueda cumplir las diferentes actividades con los feligreses.

“Jonás López Sosa subrayó que se continúa cumpliendo con la palabra empeñada de su amigo y ex presidente municipal, José Sabino Herrera Dagdug, y así seguirá cumpliendo a carta cabal hasta el último día de esta administración.

“López Sosa entregó las llaves y la factura original al Padre Oscar Enrique Vidal Castillo, quien agradeció a la administración por hacer la diferencia hasta el último momento de su gobierno.

“Por su parte, la maestra Martha Alvarez Solís, integrante del Consejo Parroquial del Sistema Integral Nueva Evangelización, nivel internacional, destacó que administraciones iban y venían, pero que este trienio en particular había hecho historia, quienes (SIC) hasta el último se siguen notando las bondades que han proveído para que el pueblo pueda seguir celebrando su religiosidad”.

Hasta ahí, el comunicado. Acotamos:

Esa Suburban, versión tope de gama, valuada actualmente en unos 800 mil pesos, la compró Herrera con dinero público a un precio cercano a millón y medio de pesos. Hasta el miércoles todavía continuaba usándola. De manera ilegal, porque no es autoridad. Así, la empleó en campaña, lo que configura delito electoral. Además tiene policías municipales cuidándolo a él, a su familia y a sus propiedades.

Pero eso no es todo: el ayuntamiento también “donó” un santo con capa por el que los ciudadanos de Huimanguillo pagaron no menos de 80 mil pesos, porque tiene acabados en oro. Otra vez con insólita ingenuidad, el cura paseó ayer por el pueblo ese otro “obsequio”, junto con el capataz de Sabino.

En vísperas, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó el recurso de reconsideración que presentó Sabino Herrera, quien se negaba a aceptar que fue derrotado limpiamente en las urnas por José del Carmen Torruco, alcalde electo.

Herrera divulgó en redes sociales un comentario en el que –ego por delante- dice que “como la persona coherente de pensamiento y acciones que soy, he decidido finalizar este andamiaje”.

(Larousse: conjunto de andamios; estructura. Parece ser que el personaje del sombrero pasó de noche por la universidad. No encontramos cédula profesional con su nombre, aunque se ostenta como médico veterinario zootecnista. ¿Otro delito?).

Todo el día estuvieron sus propagandistas celebrando “su valentía”, cuando que no tuvo el valor de admitir desde un principio su derrota y ordenó a su capataz para que se negara a la realización del proceso de entrega-recepción, soslayando el hecho de que en materia electoral los medios de impugnación no tienen efecto suspensorio.

La verdad es que se le documentaron trampas e incluso dícese -¿creíble o no?- que ya hace tres años le ganó el pleito al hoy diputado Gerald Washington Herrera, valiéndose de un “cañonazo” para un magistrado de la Sala Xalapa.

¡Es el colmo, Tabasco!

Twitter: @JOchoaVidal

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