¿Quién le da cuerda a Polo (Polo) Deschamps?
Debe ser un pez muy gordo por la osadía de haberlo impulsado –ahora por Morena— para participar en el proceso interno en busca de la candidatura a la alcaldía de Alvarado.
A Polo (Polo) Deschamps Espino Barros le gusta ser chile de todos los moles; ser arribista y chaquetero controversial.
Su objetivo es mantenerse vigente, adaptándose a las dinámicas y oportunidades que ofrece el panorama político actual.
Primero se desempeñó como alcalde de Medellín de Bravo bajo las siglas del Partido Acción Nacional (PAN). O, sea, un Chapulín de color azul.
En 2024 fue candidato a la gubernatura de Veracruz por Movimiento Ciudadano (MC). Se transformó en Chapulín naranja.
Y, ahora, sorprende que participe como Chapulín arrogante y parlanchín de color guinda en el proceso interno de Morena.
Hay que precisar que Polo (Polo) no notificó su salida del partido naranja, y así, de golpe y porrazo, dio un salto mortal a la 4T.
Cambiar de instituto político –especialmente de una fuerza opositora como MC a Morena–, sugiere una estrategia para alinearse con el partido en el poder que puede ofrecerle mayores posibilidades de éxito.
Su paso por distintos partidos y su disposición a buscar nuevas alianzas, indican que está dispuesto a tomar riesgos para mantenerse relevante y con posibilidades de ejercer poder.
Sus cambios de afiliación partidista se interpretan como falta de compromiso con una ideología o proyecto político definido.
La perversa estrategia genera desconfianza entre el electorado y debilita –aún más—su enclenque credibilidad como figura pública.
Cambiar de rumbo solo por conveniencia y menoscabar a otros intereses políticos, ridiculiza al partido y a su imagen personal.
¿Pero quién está detrás del ambicioso chapulín que de azul pasó a naranja y ahora emite ráfagas de luz color guinda?
Que lo investigue el Clan Yunes…
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