Primero las víctimas
Se repite la historia de otros sexenios. La realidad hace trizas el discurso. Olvidan que las políticas de seguridad tienen sentido, cuando se piensa en las víctimas.
La masacre de los LeBarón es otra causa de la creciente irritación de los afectados por la violencia criminal. Bryan LeBarón difundió un comunicado con un pronóstico muy negativo: la “situación solo empeorará, a menos que México y Washington tomen una postura más agresiva”. Su propuesta: “los cárteles mexicanos [deben] ser catalogados oficialmente [por Estados Unidos] como grupos terroristas”. Para darle concreción a la petición, reunirá 100 mil firmas para obligar a Trump a responder por escrito. No pararán. Están decididos a lograr que la “muerte de sus seres queridos no sea en vano”.
Entretanto, el gobierno de la 4T activa bombas de tiempo. Para cumplirle al gobierno de Donald Trump, Marcelo Ebrard despliega una crueldad sistémica hacia los migrantes. Atrapados en México crecen las peticiones de asilo. Para atenderlas, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados solicitó 124 millones de pesos para 2020. Le dan 47. Consecuencia: se multiplican los informes advirtiendo que la política de “Protocolos de Protección de Migrantes” los deja a merced del crimen organizado.
El Morelos de Morena es una bomba y, en lugar de aplicar los correctivos, el presidente visita el estado, para abrazar a un gobernador paralizado. Ejemplo: se multiplican los secuestros en carretera. Cuauhtémoc Blanco reacciona con el siguiente mensaje en una entrevista (20 de noviembre): “Yo sí le quiero decir a la gente que tenga muchísimo cuidado en las carreteras, porque eso es a lo que se están dedicando ahora los secuestradores”. Que mejor nos diga ¿cuáles son las carreteras más peligrosas? Una de ellas, es la que va de Chalco a Tepetlixpa, en el límite con el estado de Morelos. Evítenla. Ni nos protegen, ni nos informan. Incapaces. Insensibles. Inútiles.
Para cumplir con el capricho del presidente, Ricardo Monreal y sus senadores enlodan el nombramiento de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que inicia su mandato con el pesado fardo de la ilegitimidad. Ese mismo Senado tiene, desde hace cinco meses, en el cajón de los pendientes, el nombramiento del nuevo titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV). Absurdo.
Estaría, finalmente, la oscilante empatía presidencial hacia las víctimas. Atiende con frecuencia a los padres de los 43 de Ayotzinapa y recibirá a la familia LeBarón. Eso está muy bien, pero se desentiende de los 100 ejecutados de cada día. En el cualiacanazo murieron 13 personas, cuatro de ellas “civiles” inocentes y, según me confirma el periodista sinaloense Marcos Vizcarra, del gobierno federal no salió ni una sola expresión de condolencia.
Los síntomas de la irritación y desesperación por tanto desamparo se multiplican. Javier Sicilia empezará sus caminatas de protesta. Algunos le achacan búsqueda de protagonismo y exigir el regreso de la guerra. Nada más alejado de la realidad. El poeta quiere una estrategia de seguridad centrada en las víctimas. Hay precedentes.
En el 2010, el gobierno de Felipe Calderón tomó la decisión de dar prioridad al desmantelamiento de los Zetas por su brutalidad sistémica. Lo lograron con una estrategia integral apoyada por Estados Unidos. No lo publicitaron, porque temían ser acusados de favoritismo hacia el Cártel de Sinaloa.
Cuando Humberto Moreira fue gobernador de Coahuila, creció el poderío Zeta. Controlaban el norte de aquel estado y transformaron a Saltillo en oasis de asesinos. El priista Rubén Moreira (gobernador de Coahuila, 2011-2017) implementó políticas que redujeron las cifras de delitos. Una razón del éxito, fue la participación de la sociedad organizada y La Laguna es paradigmática.
Nadie discute las buenas intenciones del presidente y Morena tiene funcionarios y dependencias partiéndose el alma para atender a los damnificados de la violencia. No bastan. Y, lo hecho hasta ahora, no está funcionando con la debida celeridad. Nadie desea un mayor uso de la fuerza. La regeneración tiene una fórmula muy simple: piensen siempre, cómo atender a las víctimas del pasado y cómo proteger a las de hoy y mañana. Asuman la emergencia humanitaria. ¡Primero las víctimas!
@sergioaguayo
Colaboró Mónica Gabriela Maldonado Díaz
CRÓNICAS DE LA TRANSICIÓN
Sergio Aguayo