El saber y la 4T

Ante la hostilidad manifiesta hacia el conocimiento –mostrada por un sector de la 4T– la comunidad científica reacciona y se organiza para resistir y proponer. 

Una franja de Morena menosprecia a la comunidad científica. En los inicios de este gobierno, intentaron domarla con una Ley de Ciencia y Tecnología, frenada en el Senado por Ricardo Monreal. Luego vinieron los machetazos a los presupuestos, las descalificaciones del presidente y lo verdaderamente grave, el desdén hacia el conocimiento en la formulación de algunas políticas públicas. 

En su brevísima carta de renuncia a la secretaría de Hacienda, Carlos Urzúa incluye tres frases confirmando lo antes dicho: 1) “en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”; 2) “estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia” y, finalmente, 3) comenta sobre “la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública”.

Desde un primer momento surgieron voces defendiendo a la comunidad. El 25 de julio, Antonio Lazcano Araujo –investigador de la UNAM– publicó, en la prestigiada revista Science, un editorial preguntándose “¿A dónde va la ciencia mexicana?”. 

Responde enunciando un hecho “durante los últimos 50 años la ciencia Mexicana se ha convertido en una potencia latinoamericana; está en segundo lugar –después de Brasil– en el número de publicaciones con arbitraje de pares” para después lanzar dos alertas: el “gobierno [de López Obrador] está desmantelando a la ciencia”; y “la inclinación presidencial por desacreditar a la comunidad académica está creando una peligrosa atmósfera anti- intelectual”.

Ante los riesgos de la situación, algunos sectores de la comunidad reaccionaron y crearon #ProCienciaMx, una organización de científicos, notable por la calidad y diversidad de los convocantes. El texto solicitando firmas en change.org ha tenido una acogida favorable (cuando cerré este texto el martes 30, llevaba 13,524 firmas). En él se reivindican los aportes hechos al país por la comunidad científica y se rechazan la “falta de confianza de una parte de la clase política de nuestro país en la ciencia” y el discurso político señalando a “buena parte de los y las académicas como integrantes de élites o ‘castas’ económicamente privilegiadas”. 

El anti-intelectualismo infecta al planeta. Por todo el mundo florecen los políticos haciendo discursos e impulsando políticas sin evidencia científica (el cambio climático es el mejor ejemplo). Lógicamente, lo acontecido en México despierta la solidaridad de científicos de otros países. La influyente revista Science acompañó el editorial de Lazcano con un reportaje de Lizzie Wade, donde aparecen los puntos de vista de las y los científicos agraviados y de la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez-Buylla, defendiendo las políticas de austeridad de la 4T. 

El escenario está preparado para otra magnífica guerrilla de baja intensidad. 

Conflicto absurdo, porque una parte de las cúpulas de Morena sí valora el conocimiento. Hay indicios por doquier. Algunos líderes de Morena calificaron a Urzúa de “traidor”, “despechado ” y “cobarde”; nadie lo acusó de mentiroso, aceptando tácitamente la corrección de su diagnóstico. También hay gobernantes de ese partido buscando acuerdos con universidades y centros de educación superior, para aprovechar la investigación aplicada en la resolución de grandes problemas nacionales. 

Firmé el llamado hecho por los colegas de #ProcienciaMx y colaboraré con esa causa en la medida de mis posibilidades. 

Ya termina el periodo vacacional y la comunidad deberá incluir en sus tareas, la discusión sobre los caminos a seguir. No podemos guardar silencio ante el desmantelamiento de la capacidad de investigación instalada, ni tolerar que –sin evidencia– se nos acuse de corruptos. El reto para los próximos meses y años será resistir y responder, mientras se dialoga y propone con quienes sí valoran la ciencia. 

Tenemos una ventaja: la certidumbre de estar defendiendo la razón y el conocimiento ante las actitudes oscurantistas, agazapadas tras adjetivos de papel maché: coloridos y brillantes por fuera, huecos y sin sustento por dentro.

@sergioaguayo
Colaboró: Mónica Gabriela Maldonado Díaz.

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