Los dilemas de Pepe: remontar o perder
PLANA MAYOR.
“El pez por su boca muere”. Dicho popular.
A punto de terminar la tercera semana de la campaña proselitista por los cuatro puntos cardinales de Veracruz y con los resultados no muy alentadores del primer debate de candidatos a la gubernatura, Pepe Yunes Zorrilla, el mayor experimentado de sus opositores, llega al entresijo con más dilemas que luces.
Secuestrado, prácticamente por ínsulas de poder, cofradías, élites y oligarquías que se han beneficiado con el trapecismo de cargos públicos, de partidos políticos y de representación popular en las últimas tres décadas –de Patricio Chirinos Calero (1992-98) para acá-, el político de Perote se ve no sólo cercado por las coaliciones de Morena y del PAN que han remontado en las encuestas sino por los propios enemigos que tiene en casa.
Los beneficiarios de los regímenes priistas no se han bajado del caballo –antes revolución del ideólogo liberal don Jesús Reyes Heroles, autor de la reforma electoral de 1977 que garantizó el pluripartidismo en México- para darles lugar a otros diestros jinetes. Se han aferrado al poder público y partidista para seguir gozando de privilegios y canonjías, de chantajes o acuerdos en los drenajes cupulares.
La mayoría de estos singulares y desleales priistas poco o nada han aportado para regenerar el erosionado y vapuleado tejido social que hoy es rehén por doble partida del crimen organizado y de los políticos de baja estofa. Hay más dudas que certidumbre, más sombras que luces, más dilemas que claridad en la tercera semana de campaña.
No son momentos de pesimismos, de derrotismos, de malos augurios o de justificar los pésimos gobernantes, corruptelas y patrimonialismos palaciegos o excesos de poder que fueron abanderados por el PRI, no. Hay que predicar con el ejemplo para evitar que desde la génesis de la campaña no haya desvíos de los exiguos recursos financieros con los que se cuentan de las prerrogativas partidistas.
Es hora de que el candidato a la gubernatura de Veracruz sacuda el panal de la cúpula de la campaña, de que aplique medidas que aseen el chiquero que muchos de ellos provocaron en el arranque proselitista. Y de que actúe con el báculo prodigioso que permita distinguir entre los electores la propuesta tangible y a ras de suelo, contra el populismo dadivoso, quimero y utópico de sus adversarios de Morena y del PAN.
La mezquindad que predomina en la mayoría de las áreas de la estructura de la campaña partidista y privilegiar por otro lado, por ejemplo, el área del marketing a cargo de una firma española que cobra altísimos honorarios por encima de lo que se paga a otra firma local, no debe ser motivo de enconos, lucha sórdida o éxodos masivos.
En víspera de que se entre a la cuarta semana de la campaña, de acuerdo con estudios y encuestas que dan cuenta que el abanderado del PRI no ha podido empatar los números que favorecen al candidato de Morena, Cuitláhuac García, -que va subiendo en las encuestas por el efecto Obrador-, seguido del Chamaco Yunes, el político de Perote se encuentra en la coyuntura, circunstancia y tiempo para agarrar el toro por los cuernos.
Remontar el paso, el discurso propositivo requiere temple, corazón de acero, humildad, oír e incluir para garantizar el triunfo el 1 de julio con amplio margen para que les tape la boca a sus adversarios que poco han aportado, como advirtiera don Jesús Reyes Heroles, son “populistas dadivosos, contrarevolucionarios sin sustento” o critican el pragmatismo “sin ideas”.
Hay un ejército humano leal que no está dispuesto a seguir el mensaje cleptocrata, divisionista, antagónico y de polarización que ha impuesto como eje de gobierno, el neopanista Miguel Ángel Yunes Linares, quien pretende que lo suceda en el poder su primogénito, postulado por la alianza PAN-PRD. Pero.
Los generales priistas, una parte de ellos integrantes de la cofradía del exgóber y prisionero Javier Duarte en un penal del altiplano, con fuero federal y local –en septiembre se les extingue-, cómplices del Duartegate del saqueo del erario público, curiosamente han negociado sus cabezas en los sótanos del poder público, por la derrota del PRI en la gubernatura y en los escaños de la Legislatura local.
Otros generales priistas, pertenecientes a las ínsulas de poder y oligarquías de Fidel Herrera y Javier Duarte, beneficiados generosamente en cargos públicos, han sido postulados también a un escaño para integrar el Congreso de la Unión y a la Legislatura del estado, con un historial de dudosa reputación que no justifican su patrimonio pecuniario.
Pepe Yunes, es un político bien intencionado que no se ha servido de los cargos populares para atesorar una fortuna mal habida como lo ha hecho una gran mayoría de la clase política de la partidocracia. No es suficiente su buena intención y su deontología para derrotar a los populistas ”dadivosos” o falsos profetas.
La madre de todas las guerras está por empezar. Hay que dejar un lado la timoratez y colocarse los arreos para desplegar la sevicia cuando el propietario de la franquicia albiceleste y góber inunde la batalla del lodazal con los emisarios del duartismo. Los traidores deben ser castigados sin piedad y con todo rigor cuando se agudicen los tambores de guerra.
Los generales, aun leales a la casaca tricolor, van a requerir todo el apoyo moral y económico del abanderado a la gubernatura del PRI, para asestarle una derrota elocuente e histórica que desnude la doble moral, simulación y corruptelas de los engreídos talibanes del PAN-PRD el próximo 1 de julio. La mezquindad puede ser el anzuelo de los poderes fácticos para sepultar el viejo tricolor. ¡La moneda está en el aire!
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