‘Corcholatitas’: renuncias en la sucesión de Veracruz
ORIENTE
Por deontología, por salud pública y para no continuar violando la ley electoral, las ‘corcholatitas’ -aspirantes a la gubernatura de Veracruz-deberían estar presentando sus renuncias o licencias de sus cargos populares para no seguir desviando recursos públicos.
El organismo electoral -el OPLE-, se ha convertido en un cómplice abyecto de las ‘corcholatitas’ de Morena y de los aspirantes de la oposición, quienes han adelantado el reloj político electoral en el preludio del juego sucesorio 2024 del Estado.
El desaseo del intríngulis político alentado por el gran dedo electoral en el país e iluminado de Palacio Nacional, desafortunadamente no respeta los más mínimo las leyes consagradas en la Carta Magna.
Al político tabasqueño -un retrato del político francés Joseph Robespierre-, acabó sepultando sus dichos y promesas cuando fue ungido en la presidencia de la República -aquel prometedor año 2018- para erigirse en un dictador de facto. Es un auténtico cleptócrata.
En teoría, la ley electoral es muy clara. El proceso electoral federal se inicia en la tercera semana de noviembre, no antes. Lo que ha hecho Obrador y sus huestes de Morena con adelantar las precampañas de sus ‘corcholatas’ es a todas luces una violación a la Carta Magna.
Es el INE y nadie más el único encargado de dar el banderazo para abrir el proceso electoral de 2024 con la renovación de la presidencia de la República, 9 gobernadores, senadores y diputados federales.
Pero la nueva titular del INE Carla Humphrey-simpatizante de Morena y alfil del mesías tropical-y sus consejeros incondicionales, ya se entregaron a los designios y pautas del dictador de facto en el encuentro realizado en Palacio Nacional.
Por lo pronto, el OPLE Veracruz ya dio muestras abyectas de sometimiento con el gobierno morenista del depredador del Estado de Derecho en la entidad, Cuitláhuac García. No hay un exhorto o advertencia para que las ‘corcholatitas’ de Morena dejen de hacer proselitismo en la sucesión gubernamental del Estado.
La titular del OPLE no ha hecho respetar las normas de la ley electoral local a los morenistas que en forma recurrente promueven su imagen con recursos públicos.
Lo más grave es que el gobernador Cuitláhuac se ha convertido en el activista de la zacatecana Rocío Nahle para sucederlo, sin el más mínimo rubor y sanción del OPLE.
Nadie está ‘por encima de la ley’, decía el político leyenda de Bucareli y gobernador de Veracruz. El extinto Fernando Gutiérrez Barrios, político forjado en los aparatos de inteligencia federal, definía que nadie puede estar “por encima de la ley” y que ningún poder podía encima del otro. Son principios universales que coincidían con el filósofo tuxpeño y liberal Jesús Reyes Heroles.
Pero las ‘corcholatitas’ de Morena andan desbocados por la sucesión cuithlauista de 2024, que oficialmente todavía no hay luz verde hasta la tercera semana de noviembre de 2023.
Los morenistas -en su mayoría una caterva de mercachifles y truhanes-, se han distinguido en este sexenio por pisotear la ley siguiendo el ejemplo de las ‘corcholatas’ presidenciales, liderados por el rijoso y singular cleptócrata AMLO.
La sociedad civil, los votantes y contribuyentes no merecen un gobierno demagógica y populista que justifica su incapacidad y monserga con el pasado. Se la han pasado culpando a los gobiernos priistas y panistas, pero sin resolver los grandes talones del Estado mexicano: la inseguridad, la salud, la educación, la pobreza y una red de males endémicos
Es hora de que las ‘corcholatitas’ dimitan de sus cargos y dejen de desviar recursos públicos ante la pasividad del árbitro electoral -sinónimo de corrupción -y muestren su respeto a la Constitución Política local y a los veracruzanos.
Los morenistas deberían de ser los primeros en respetar y preservar el Estado de Derecho en Veracruz, pero está visto que este reclamo sería pedirle peras al olmo a Cuitláhuac.
¡En junio del 2024 se escribirá otra historia!
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