El canto de las sirenas acabó doblegando el espíritu indomable, soberano e independiente del afable senador por Morena, Ricardo Ahued Bardahuil, para dejar inconcluso su escaño e ir en pos de la alcaldía de Xalapa, actualmente en poder de Morena con Hipólito Herrero Rodríguez. Es efectivamente, por donde quiera que se le vea, el mejor prospecto y el mejor posicionado en las preferencias del electorado, del reducido abanico de personeros de Morena, para retener la Presidencia Municipal por Xalapa en la capital del Estado. Este proceso federal y local que se junta en las aguas del océano electoral para atestiguar la gran batahola partidista intermedia de 2021, hay que decirlo con franqueza, los bonos de la dirigencia estatal de Morena no pasan por el mejor momento de su corta, cortísima historia como partido político. Su éxito o fracaso pende de un hilo, la unificación de sus tribus, del encono, confrontación o de escenarios sombríos como la noche de los ‘Cuchillos largos’, o en el mejor de los casos, recapitulando la torva maquinación romana de los ídus de marzo. No es, por supuesto, una exageración.