Alto a la polarización

La Grilla en Tabasco.

La historia de México y de Tabasco está llena de nombres de individuos con luz y sombra. De claroscuros. El dignísimo Benito Juárez ya tenía 14 años en el poder y no se quedó más tiempo solo porque la parca se lo llevó. Aquí, Tomás Garrido y Carlos Madrazo fueron gobernantes de avanzada, pero al mismo tiempo dictadores que coartaron libertades fundamentales.

¿Qué podemos esperar de quienes hoy nos gobiernan, con la singularidad de que es un tabasqueño el que tiene la oportunidad de concretar o al menos sentar las bases para el modelo de país que propuso?

Más bien la expresión tiene que ser: qué escuchamos en campaña y queremos. Y en ese punto no queda sino reiterar que lo mejor; que se llene la expectativa, máxime que permanecemos en la peor situación de nuestra historia como entidad federativa.

Se sabe que, por desfortuna, ni los ayuntamientos, ni las instituciones de educación superior, ni la administración estatal, han contado con las suficientes participaciones federales para atender urgencias, antes que nada, y para emprender el programa de obras de alto impacto que el gobernador Adán Augusto López Hernández quiso poner en marcha desde los primeros días de enero.

Los alcaldes tienen en proceso la realización de obras en comunidades, mediante recursos del Ramo 33 y apoyos de Petróleos Mexicanos; pero la demanda social es altísima y para colmo se tienen que pagar adeudos con CFE y por concepto de laudos laborales, en tanto que se cayó la recaudación de ingresos propios debido en gran medida a la inédita desaceleración económica, misma que no comenzó en diciembre o enero sino que data de décadas.

En estos últimos días el gobierno estatal reveló algo que pudiere parecer increíble: para el abastecimiento de agua a los hospitales Juan Graham y De la Mujer, desde que se construyeron (durante el gobierno de Manuel Andrade) se ha tenido que recurrir a pipas, en virtud de que no se contempló hacerlo a través de la red de suministro para la ciudad. Ya podemos tener una idea de la calidad del líquido. ¡Peligrosísimo!

Por encima de todas las dificultades, parece ser que muchos funcionarios y alcaldes se han comportado de manera soberbia, insensible, irresponsable, sin entender todavía cuál fue el mandato claro, preciso, que enviaron los votantes el primero de julio del año pasado: no más de lo mismo.

En no pocas situaciones se ha visto continuismo, porque esas autoridades actúan como lo hicieron sus antecesores en el cargo; sin darse por enterados de que se supone que son de izquierda y, por lo tanto, mayormente comprometidos con la gente, al margen de su preferencia partidista y nivel socioeconómico.

Como nación, resulta preocupante cómo aumenta la polarización, el calificativo, el estigma. A eso hay que ponerle fin. La Constitución General de la República garantiza que no hay ciudadanos de primera y de segunda. A nadie se le puede discriminar si piensa diferente. Nos hemos metido en un juego sumamente peligroso que cualquier día de estos podría derivar en algún hecho de sangre.

No sería la primera vez que esto último sucediera: en los conflictos postelectorales de los años siguientes a 1988, se volvió frecuente la noticia de que integrantes de una misma familia, en estados como Michoacán y Guerrero donde siempre ha habido pistolerismo, comenzaban a discutir entre hermanos por motivos políticos y terminaron matándose.

En Tabasco, por suerte, las tensiones de ese tipo, a lo largo de tres décadas, nada más derivaron en mentadas de madre y, en raras ocasiones, golpes.

Las autoridades, de todos los niveles, deben comprometerse a auspiciar la verdadera reconciliación. Los de abajo no debemos dejarnos llevar más por los dimes y diretes en redes sociales alimentados por ex presidentes y políticos que solo buscan llevar agua para su molino, o por otras personas que desahogan por esa vía sus propias tensiones y hasta frustraciones.

Que haya sensatez. No más intercambio de ofensas. Que cada quien ponga su granito de arena. Las redes sociales, al igual que las reuniones personales, son de trabajo o para relajarse, para convivir de manera sana. Los gobernantes deberán rendir cuentas en su momento: los resultados que todos esperamos.

Twitter: @JOchoaVidal

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.