Propaganda, doctrina y confusión

Mientras la maquinaria de Morena en el gobierno se apresta a conmemorar —con la excesiva pirotecnia de lo innecesario— el primer año del arribo al poder del Señor Presidente, la realidad electoral de los Estados Unidos, pone un enorme pedrusco en la vía de tan alegre ferrocarrilito.

Las amenazas del 10 de junio (llámeselas así por la fecha cuando se iban a iniciar los aranceles contra nuestras exportaciones), no han terminado; serán motivo de segundas y terceras ediciones hasta lograr no solo la genuflexión, sino la capitulación total, la docilidad extrema del gobierno mexicano sometido a los caprichos infinitos del demagogo populista del Norte, quien nos ha conferido la misión de ser su brazo migratorio en el sur.

Muchos lo han visto dentro del gobierno, pero nadie se atreve a contradecir este infundado optimismo por la salvación de la patria, sometida —como siempre—, a exámenes y ojos de sinodal severo por los burócratas de Washington.

Así nos certificaron anualmente en la lucha contra las drogas; nos impusieron estrategias policiacas y nos endilgaron la Iniciativa Mérida; así nos sometieron a la geopolítica de las maniobras militares y navales, así nos birlaron el cumplimiento del TLC, cuyo texto vulneran con la amenaza de tarifas de comercio; así nos empujan cada y cuando lo necesitan, excepto cuando México se opuso a la invasión de Irak.

Las negociaciones iniciadas durante el gobierno anterior para sustituir el TLC por el T-MEC, ahora en proceso de ratificación, le permitieron a México una ganancia, a fin de cuentas: rechazar la revisión del acuerdo cada cinco años, con aquella célebre “Cláusula Sunset”. Hoy, hemos admitido dos revisiones en 90 días, para decidir si hacemos algo más o ya queda satisfecho el poderoso vecino.

Quizá por eso la única voz discordante en el coro de los elogios por tan inevitable método para librarse de una amenaza, ha sido la del presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, quien ha dicho con toda claridad (entrevista con René Delgado):

“…Desde hace mucho tiempo, los americanos llegaron a la conclusión de que no podían sellar la frontera norte, porque es extremadamente porosa, entonces inventaron lo del muro. Nunca lo iban construir, ni siquiera le han dado dinero (a DT).

“Luego dijo que nosotros lo íbamos a pagar, eso es demagogia.

“Ya hemos sellado la frontera sur, ahora se va a formalizar, supongo.

“…Lo veo no solamente como un error, sino como una medida profundamente contraria al interés nacional. El interés nacional es la migración, hay derecho humano a la migración.

—¿La otra parte era aceptar el arancel?

“Es una manera de negociar de los americanos desde hace tiempo, ellos lo esgrimen para poder decir que llegaron a un gran acuerdo migratorio, nos apretaron y accedimos. Yo no veo que esas medidas llamadas ‘pacto migratorio’ se puedan aplicar en la realidad, a no ser que México sea el que persiga a su propia gente, a lo que no creo que se vaya a llegar….

“… ¿El muro que quería Trump?

“—Lo vamos a construir nosotros. Yo dije que no podemos hacernos cargo de un muro mexicano. Aquí el muro sería la Guardia Nacional. Ha habido incidentes en la frontera entre autoridades y guatemaltecos.

¿Para qué nos ponemos en esa coyuntura?

Es lo que no sé.

—¿El estreno de la Guardia Nacional en actividades antiinmigratorias?

“—Mi respeto a la Guardia Nacional, pero se inventó para seguir al crimen organizado, y ahora sirve para perseguir a migrantes. Ése no es el objetivo…”

Todo esto no tendría mayor importancia si no proviniera de un diplomático tan experimentado como Muñoz Ledo (uno de los pocos mexicanos en la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, entre otras cosas), quien además de haber recorrido el mundo con los ojos abiertos, conoce todas las piezas de la maquinaria del sistema anterior y de éste.

Y en cuanto a los medios, dice Porfirio:

—“…le recomendaría a los medios de información que no se fueran con la finta, a veces están más exactos los medios norteamericanos, ellos no le creen tanto a Trump”.

Quizá no le crean al fake president; pero la cancelación del Acuerdo Transpacífico es una realidad, como la guerra comercial con China. No todo en Trump es falsedad, por desgracia.

El problema histórico no es el presidente de Estados Unidos; son los Estados Unidos y su abusiva e inevitable vecindad.

Twitter: @CardonaRafael
rafael.cardona.sandoval@gmail.com
elcristalazouno@hotmail.com

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