No estamos ciegos

TIERRA DE BABEL. 

“No sólo hay nepotismo, hay doblete de funciones… Ni hablar de despotismo.”

                                               (Comentario de mi amigo el taxista Crisóforo).

 “Cambio y fuera…”, más fuera que cambio porque estamos estancados o lo hacemos pa’ estar peor. Desde luego, todo cambio cuesta, pero ya se ve que nos encontramos más cerca de la orilla del abismo que subiendo la pendiente, con “esperanzas”, para lograr la utopía de un mundo feliz. En todo caso, nos están cercando –¿cercenando?-, y mañana es probable que los que estén adentro sean expulsados y los que estén afuera entren y entonces… No sabemos pa’ dónde vamos, seamos quienes seamos los responsables, no es necesario echarnos la bolita o darnos golpes de pecho, puesto que…

         El escritor Eduardo Antonio Parra expresó que en México se dará una transformación, pero costará sangre, dolor y lágrimas: “Creo que sí se está dando la transformación. Cuando empieza una transformación, ya sea de fondo o más o menos de fondo, la gente espera que todo sea peladito, en la boca y sin dolor, pero todas las transformaciones son dolorosas”. Luego agregó: “Me estaba acordando de una frase de Maquiavelo: ‘los grandes reformadores siempre están en peligro de muerte’. ¿Por qué? Porque cada vez que se implantan reformas, los beneficiarios de esas reformas empiezan a ver los beneficios varios años después; en cambio, los perjudicados son perjudicados de inmediato”. Ta güeno. ¿Por cuánto tiempo?

         Por ahí me pasaron una imagen donde una mariposa le dice a un gusano: “Es que si no te transformas, nunca vas a volar”; otra, con sus respectivos dibujitos: “Tres cosas que transforman a una persona: el dinero, los celos, el pothoshop”. ¿Tons qué hacemos con la 4T? ¿Nomás por la lana, sobre todo en un país mayormente necesitado, en la pobreza, en la ignorancia, violento y etc.? ¿Es el mismo cuento nomás que transformado? Con mucha razón George Bernard Shaw escribió que había que tener cuidado con el conocimiento falso, porque es más peligroso que la ignorancia.

         Y vaya que nos quedamos cortos. Ahí va Amlito: “Donde come uno, comen millones”. ¿Será? Jesucristo haciendo milagro con los pescaditos. Bueno, dijo también: «Si es necesario, los abrazamos y los protegemos y los hacemos mexicanos. Si se necesita. Es la fraternidad universal, el humanismo que está por encima de las fronteras. Eso va a ser nuestra norma de conducta». O sea, más mexicanitos jodidos, prestos a obedecer lo que digan los dueños del mundo, a seguir muriéndonos. Claro que la “herencia maldita” (léase “herencia económica maldita”, léase “dependencia maldita”) es de aquí, allá y acullá.

         El asunto no termina ahí. Ahora resulta que con votación a mano alzada de parte del “pueblo”, se resuelve la situación de México. Con manitas alzadas, es decir, votación pública, la construcción del Metrobús en La Laguna, Durango, que abarcaría los municipios de Lerdo y Gómez Palacio (el cual llevaba el 80 por ciento de avance), fue cancelada.

         Nuestro destino está en votación de manos alzadas -arriba las manos, patas arriba, cuerpos desmembrados, para variar, eh-, sin mediar estudios serios o análisis científicos y técnicos para sopesar las consecuencias de la realización de una obra o su cancelación. Digo, ‘ta güeno, pero no hay que exagerar.

         Gobierna haciendo lo que se le da la gana, y pa’ eso se vale del pueblo, de su pobreza y cansancio de hundirse más y más, y soñar despierto que esto se va acabar porque habrá un cambió así no más porque sí. Digo, pa’ no mencionar otras necedades que, ¡vientos huracanos!, quien sabe a dónde nos arrumbará. Porque callos está pisando. Esperemos lo mejor -ya no sabemos que chingaos es, si el pasado, el presente o los tiempos por venir. Sólo falta que nos salga con la expresión: “¡A wuevo!”.

         Para rematar, ya saben lo que “tuiteó” la encantadora  Susana Zabaleta: “Mi querido@SergioSarmiento, tristemente sí me equivoqué. Perdón por mi estúpida esperanza y por pensar en un México que todos queríamos; lo sé, es decepcionante.”

         Pos les comento que “el director, dramaturgo y actor Juan Ríos fue un activo seguidor de Andrés Manuel López Obrador durante su campaña presidencial. Aunque Ríos dice que sigue firme en apoyar algunos proyectos de AMLO en cuanto a la redistribución del gasto público, con lo que no está de acuerdo es que el presidente tome decisiones en consultas en plazas públicas. Ríos comenta entre sus amigos que esa fórmula sirve bien para las campañas pero no para las decisiones gubernamentales”. (eluniversal.com.mx, 18/06/19).

         Y la cantante soprano mexicana Maria Katzarava afirmó que siempre ha sido seguidora de Amlito. A pregunta qué le dría al presidente, contesta: “He visto durante años tus deseos de llegar a ser Presidente y ya lo lograste. Sin embargo, no estamos ciegos. Aunque haya creído en ti, como millones de mexicanos, tienes la enorme responsabilidad de no defraudarnos. Tristemente veo también todos los errores que está cometiendo tu partido (Morena). Espero que el tiempo me calle la boca. Lo deseo con todo el corazón”. (milenio.com, 16/06/19).

         ¿Estamos ciegos, José Saramago?

 Los días y los temas

 Ciegos o no, ahí les va: “De acuerdo con el análisis titulado “Confianza en el Congreso”, realizado por el Instituto Belisario Domínguez, tanto senadores como diputados de nuestro país obtuvieron calificaciones reprobatorias en la confianza de los mexicanos.

         “El estudio compara seis encuestas, tres nacionales y tres internacionales, las cuales evalúan la confianza que tienen los ciudadanos en el Congreso.

         “Algo visible a través de este conjunto de estudios, es que los representantes populares (sean nombrados como diputados, senadores o genéricamente como Congreso) han sido de los actores políticos cuya confianza expresada por la ciudadanía es de las comparativamente más bajas. En todos los casos hay calificaciones reprobatorias o porcentajes por debajo del 50 por ciento.

         “Tan sólo la Encuesta Nacional sobre el Senado de la República (ENSER) 2018, que realiza el Instituto Belisario Domínguez, refleja que el 67.4 por ciento de la población en nuestro país desaprueba la forma en que los senadores realizan su trabajo.” (elfinanciero.com.mx, 05/06/2019).

 De cinismo y anexas

 No se amarguen la vida. Ahí les voy: “Doctor, doctor, ¿cómo puedo transformar un burro en una burra?” El doctor le contesta: “Encerrándola en un cuarto oscuro”. “¿Durante cuánto tiempo?”, pregunta el paciente mexicanito. “Hasta qué se aburra”.

Ahí se ven.

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