Desempleo, falta de oportunidades y pobreza elevará cultivo, tráfico y precios de la droga: ONU

Personas haciendo cola para comprar marihuana en Denver, Colorado. 23 de marzo de 2020. Michael Ciaglo / AFP.

  • El organismo destaca que las restricciones fronterizas han provocado una escasez de drogas en las calles y, en consecuencia, un aumento de los precios.

RT / WASHINGTON.-El desempleo y la reducción de oportunidades por causa de la pandemia del coronavirus puede provocar, sobre todo entre los más pobres, un aumento del uso, tráfico y cultivo de drogas.

Así lo indica un informe publicado este jueves por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en el que se analiza el impacto del Covid-19 en el mercado de las drogas. 

El texto destaca que las restricciones fronterizas por el virus ha provocado también una escasez de drogas en las calles y, en consecuencia, un aumento de los precios y de la calidad de los estupefacientes. 

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«La crisis del Covid-19 y la recesión económica amenazan con agravar aún más los peligros de las drogas, cuando nuestros sistemas sociales y de salud han sido llevados al límite y nuestras sociedades están luchando para hacer frente (a la pandemia)», advirtió Ghada Waly, directora ejecutiva de UNODC.

Se calcula que 269 millones de personas consumieron estupefacientes en 2018, mientras que 35 millones presentan algún tipo de trastorno por su uso. Los grupos vulnerables y marginados, los jóvenes, las mujeres y los pobres son los más afectados por el problema mundial de las drogas.

Apoyo de los gobiernos

Waly pidió a los gobiernos que apoyen a los países en desarrollo para «abordar el tráfico ilícito de drogas» y ofrecer servicios de ayuda para hacer frente a «los trastornos por consumo de drogas y enfermedades relacionadas».

Por otro lado, la escasez de opioides en el mercado- en la última década el número de muertes por su uso aumentó un 71 %- empuja a las personas a buscar otro tipo de sustancias como el alcohol, los benzodiacepinas o la mezcla con drogas sintéticas.

Clientes haciendo cola para comprar cannabis en una tienda en Nijmegen, Países bajos. 31 de marzo de 2020. Piroschka van de Wouw / Reuters

«En consecuencia pueden surgir patrones de uso más dañinos a medida que algunos usuariospueden decidir comenzar a inyectarse, o inyectarse más seguido», apunta el informe. 

Asimismo, recuerda que en 2018, más del 90% de todos los opioides farmacéuticos para el consumo médico estaban en países de altos ingresos, que representan aproximadamente el 12 % de la población mundial. 

El cannabis es la sustancia más popular y en 2018 fue consumida por más de 190 millones de personas. También es la principal droga que pone a las personas dentro del sistema de justicia penal.

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