Arroja luz esqueleto de un hombre sorprendido por la voraz erupción del Vesubio

Vista de los restos óseos de un nuevo esqueleto, descubierto hace unos días, perteneciente a una de las víctimas de la erupción del Vesubio que sepultó hace dos milenios a la mítica ciudad de Pompeya, en Nápoles, Italia. Foto: EFE

  • Los primeros análisis realizados indican que se trataría de un individuo de más de 30 años con problemas en una pierna que le impedían la movilidad, por lo que probablemente le dificultó y le demoró su fuga

  

Descubren en Pompeya esqueleto de un hombre. Fotos AP

EFE / ITALIA.- El esqueleto de un hombre que intentaba ponerse a salvo de la erupción del Vesubio en el 79 D.C. pero al que alcanzó una enorme piedra es el último sorprendente y «dramático» descubrimiento en el aérea de Pompeya, en el sur de Italia, informó hoy el parque arqueológico italiano.

El esqueleto fue hallado en la llamada área del Regio V, en la esquina entre el callejón de los Balcones, recientemente descubierto, y el callejón de Bodas de Plata, una zona en la que los arqueólogos trabajan en estos momentos.

Es «la primera víctima» que emerge en este lugar, destacó el director del yacimiento Massimo Osanna, quien calificó el hallazgo de «excepcional» y dijo que es además, «un testimonio muy dramático de la erupción» que sepultó la urbe hace dos milenios.

Los primeros análisis realizados indican que se trataría de un individuo de más de 30 años con problemas en una pierna que le impedían la movilidad, por lo que probablemente le dificultó y le demoró su fuga.

Así se intuye por la presencia de lesiones advertidas a nivel de la tibia, que apuntan a que tenía una infección ósea, que pudo haberle provocado dificultades significativas al caminar en su intento desesperado por escapar de un trágico final.

No obstante, su disfunción no parece que le impidió aventurarse en busca de la salvación a lo largo del callejón, pues las observaciones realizadas hasta el momento advierten que sobrevivió a las primeras etapas de la lluvia de arena, rocas, ceniza y fuego que emanó del violento volcán en el 79 d.C.

Sin embargo, no pudo evitar la violencia posterior que desencadenó la erupción, ya que ha sido localizado decapitado en el primer piso de un edificio, cubierto por una gruesa capa de fragmentos volcánicos.

Todo indica que murió arrollado por un «imponente bloque de piedra, quizás una jamba, que le golpeó en la parte superior, aplastándolo», señala la nota.

Según subrayó Osanna, «más allá del impacto emocional que tienen estos descubrimientos», permiten conocer con mayor precisión a historia y la civilización de la época, comparar patologías y estilos de vida, así como las dinámicas de escape de la erupción.

El ministro de Cultura saliente calificó e descubrimiento de «excepcional» y un «símbolo del renacimiento» de esta área arqueológica.

En las últimas excavaciones han salido a la luz tres edificios con grandes balcones, ánforas de vino y mosaicos, así como los esqueletos de un caballo engalanado y de un niño que trató de esconderse del fuego y la ceniza y que pueden dar más elementos de la vida en esta ciudad que quedó completamente arrasada.

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