¿Y cómo le hacemos de aquí a diciembre?

La Grilla en Tabasco.

La crisis que padece Tabasco en todos los órdenes no se había visto nunca. Al menos, después de la mitad del siglo XX. Y lo peor, valga la redundancia, es que al corto plazo tiende a empeorar: el senador Javier May reveló que el rector de la UJAT presentó un informe según el cual a la casa de estudio le urgen dos mil millones de pesos para poder cumplir con sus obligaciones laborales de aquí a antes de fin de año.

La generación del milenio no tiene la menor idea de cómo era esta entidad federativa en los años setentas e inicios de los ochentas, cuando los tabasqueños mantuvimos el mayor Ingreso Per Cápita del país; cuando aún éramos primeros productores nacionales de cacao y entre los principales de carne, pimienta, cítricos, plátano, leche, además del número uno en petróleo.

En contraste, en materia educativa ya andábamos por los suelos, con actividad cultural prácticamente nula; con una universidad con bajo nivel académico, a excepción de las escuelas de medicina humana y veterinaria, así como en enfermería. Sin duda que en educación básica había planteles de notoria excepción, en tanto que el Instituto Tecnológico Regional de Villahermosa brillaba por su calidad.

El “boom” petrolero nos golpeó muy fuerte: todo se encareció, porque la demanda de bienes y servicios, de vivienda y de transporte, se dispararon. Los hoteles registraban casi el ciento por ciento de ocupación; sobre todo, por huéspedes permanentes. Comenzó a elevarse la incidencia delictiva, incluida la comercialización y consumo local de drogas.

Ahora que se sufre una crisis muy grave en el sector salud, hay quienes juran que hace 40, 30, 20 años el sistema hospitalario y de primera atención funcionaron de maravilla en aquella época. Es mentira. Siempre han sido muy malos esos servicios públicos, aunque jamás como en años recientes.

Durante el sexenio de Leandro Rovirosa se inauguraron muchos centros de salud sin médicos, ni medicamentos, así como Enrique González dotó a cada cabecera municipal de casas de la cultura sin que por ley, fideicomiso o alguna otra vía se diera soporte a su subsistencia. Con ese otro gobernador también se construyeron muchos puentes que tan pronto llegó Salvador Neme no recibieron mantenimiento.

Entre otras cosas, Andrés López Obrador acaba de declarar que recibirá a un país en bancarrota y que hay expectativas que no podrán satisfacerse, aunque agrega que él cumplirá sus compromisos.

Somos un México de muchas caras, de realidades distintas en cada región.

En un país que el Banco de México estima que termine el año con crecimiento de su Producto Interno Bruto ligeramente arriba de 2 por ciento, Tabasco se encuentra, parafraseando al Luis Echeverría de inicios de los ochentas, “en vías no de desarrollo, sino de mayor subdesarrollo”, en tanto que Aguascalientes crece más que China, con un PIB de alrededor de 9 puntos.

México, la décimoquinta economía del mundo. Eso debiera decir mucho en términos de bienestar social para todos. Sin embargo, una cosa son los datos macroeconómicos que refieren promedios de crecimiento, mas no de desarrollo: somos, en el mundo, uno de los países con mayor pobreza extrema. Y en Tabasco eso empeora.

Tabasco pregunta: ¿Dónde estás, Chapulín Colorado?

Ya dijo Obrador que nos ayudará cuando sea Presidente. Pero, ¿qué hacemos por mientras? Y él mismo, si bien refrendó que cumplirá lo comprometido, ahora reconoce el quebranto financiero.

Ya vimos lo que dice el senador May con respecto a la UJAT, sus trabajadores y proveedores. ¿Cómo andamos todos los demás?

Twitter: @JOchoaVidal

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