Sombrío panorama

La Grilla en Tabasco.

A reserva de lo que manifieste el reporte trimestral calendarizado para publicarse el 27 de noviembre, el Banco de México alertó en agosto pasado acerca de la fragilidad que enfrenta el país en materia económica y que pudiere impactar en los más diversos aspectos de la vida nacional.

En momentos en que ya se habían divulgado previsiones de empresas calificadoras y del Banco Monetario Internacional con respecto a la situación de México, el organismo autónomo que “tiene el objetivo prioritario de preservar el valor de la moneda nacional a lo largo del tiempo y, de esta forma, contribuir a mejorar el bienestar económico de los mexicanos”, entre otros señalamientos indicó:

“Para impulsar la reactivación de la actividad económica en el corto y mediano plazos es necesario mejorar la eficiencia de la economía, corrigiendo los problemas estructurales e institucionales que le han impedido alcanzar una mayor productividad y mayores niveles de inversión.

“Es necesario fortalecer el estado de derecho para propiciar un ambiente de certidumbre y confianza, lo que fomentaría la inversión y permitiría alcanzar un mayor crecimiento en beneficio de todos los mexicanos”.

En el rubro de “riesgos para el escenario de crecimiento en el horizonte de pronóstico en un entorno de marcada incertidumbre”, la institución enumeró:

Uno, incertidumbre sobre disputas comerciales a nivel mundial; dos, que el proceso de ratificación del T-MEC se prolongue en Estados Unidos y Canadá; tres, episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales; cuatro, desaceleración mayor a la esperada de la economía y el comercio globales; cinco, incertidumbre interna que ha afectado a la inversión y el consumo; seis, deterioro adicional en la calificación de la deuda soberana o de Pemex.

Este martes, la Secretaría de Economía informó que la inversión extranjera directa en México creció un 7.8 % en los primeros nueve meses de 2019 frente al mismo periodo del año anterior hasta llegar a 26,055.6 millones de dólares.

Tal dato ha sido celebrado por actores políticos y militantes convencidos, con el mismo entusiasmo con el que se habla de un nivel de inflación bajo y la relación peso-dólar bajo relativo control.

No obstante, eso no basta cuando que no se refleja en el bolsillo de los consumidores, en oportunidades de empleo para millones de individuos y se tiene insuficiencia de recursos presupuestales, que padecen las propias autoridades ante el cúmulo de problemas y la altísima expectativa ciudadana que se expresó en las urnas el primero de julio de 2018.

Recordemos que el modelo neoliberal implantado por Miguel de la Madrid, que en principio no pudo frenar el colapso económico del país, bajo el mandato de Carlos Salinas abatió la inflación, trajo mucha inversión extranjera y mejoró los indicadores macroeconómicos, pero profundizó la pobreza de nuestro pueblo.

Luego del llamado “error de diciembre” de 1994, Ernesto Zedillo volvió a atemperar los citados indicadores, aunque ello no detuvo el deterioro del nivel de vida de la clase trabajadora, el que jamás ha vuelto a aproximarse siquiera al lugar en que estuvo bajo el mandato de Luis Echeverría Alvarez, aun con todo lo malo que se le señala a ese gobierno.

¿A dónde queremos llegar con esta reflexión?

A que exista claridad en cuanto a que vienen tiempos todavía muy complicados. A que los apoyos sociales son tan solo un analgésico que ciertamente ayuda temporalmente a la gente más pobre, mas no deben acorralar a las finanzas públicas. A que para quienes están al frente del gobierno son tiempos en los que hay que tener los pies en la tierra y saber comunicar a la población qué está sucediendo y a dónde vamos.

En las elecciones del año pasado, triunfó un proyecto político no nada más con el voto de militantes que “se mueren en la raya”, sino también, en número incuantificable, porque hubo ciudadanos que en ese momento otorgaron a esos candidatos la posibilidad de llegar al poder, así como a cargos de representación, sin que ello fuese un cheque en blanco.

En última instancia, todos esperamos buenos resultados, al menor plazo posible. Y por desfortuna, los datos y previsiones realistas no entusiasman. Ni siquiera alientan.

Twitter: @JOchoaVidal

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