La demagogia de la cuatroté: involución social

Foto: Ilustración / El País.

‘Nuestra solidaridad para pequeños y medianos empresarios olvidados por Cuitláhuac García’

Desde tiempos inmemorables la demagogia ha sido utilizada por los gobernantes en turno para manipular, distorsionar, ilusionar, ofrecer utopías, panaceas, prometer, incumplir, descalificar, satanizar y desacreditar al oponente.

Al adversario, por ejemplo, la cuatroté, lo llama conservador, fifi, mercenario, neoliberal, mafia del poder y radicaliza su posición: “estás con la cuatroté o en contra (…)”. Y al crimen organizado, que tiene el país de  cabeza, con el Jesús en la boca, con ríos de sangre, es magnánimo:

“Abrazos, no balazos”. Los delincuentes tienen derechos, hay que “cuidar sus derechos humanos”. En la persecución de las mafias de la drogas “no habrá matanzas”. “Eso se acabó”, coronó el catequista y fundador de la cuatroté.

Donde gobierna la cuatroté, el crimen organizado mantiene a los estados sobre la pared, de rodillas y rebasados, en un estado disfuncional. En Veracruz, el discípulo del catequista tropical aplica el mismo método que su patrón, aunque matizado.

La austeridad en  los tres poderes de Veracruz es una parodia. Los servidores públicos, encabezados por el góber continúan con los mismos salarios, estímulos, bonos, viáticos, servicio de escoltas, autos de lujo y blindados, aviones, que se aplicaron en el gobierno neopanista de Miguel Ángel Yunes Linares (2016/18).

El Poder Legislativo, la federación le comisionó 5 miembros de la extinta Policía Federal, cuando se había advertido que ya no habría escoltas para funcionarios, magistrados o diputados. Fue todo un ardid, una vil mentira de la cuatroté.

El discípulo del catequista tabasqueño, llamado en el argot político como el “pejecista lagartón”, no solo es ineficiente, incapaz, miope por conveniencia, enano y seducido por el síndrome de Hybris –no escucha razones, no tolera la crítica y no escucha a sus asesores, en una palabra: es intolerante-, sino que tiene al estado convertido en un chiquero.

Un estado disfuncional, donde la mafia de las drogas se ha impuesto ante el deterioro y cada vez hundido estado de derecho, corrupción e impunidad de los cuerpos ministeriales, policiales, por bajos salarios que no son los recomendados por los estándares de la ONU.

Los dineros públicos si bien es cierto el novel góber los ha resguardado y administrado mejor que sus antecesores panistas y priistas, no significa que sea un político honrado a carta cabal. Hay un jineteo de los recursos públicos en los diferentes programas sociales, que curiosamente van a parar a sus bolsillos y de su estrecho círculo de su cofradía.

La ayuda al sector informal –dueños de  micro negocios que son un número importante en la entidad-y formal, llegó en forma mezquina que no sirvieron para paliar la quiebra de cientos y miles de negocios en Veracruz, ante un gobierno indolente, torpe, cleptocrata y patán.

Los adeudos rezagados a proveedores impuso el síndrome “kafkiano” para no pagar las deudas por pagar. El gobierno cuitlahuista cuenta con suficientes recursos para cubrir adeudos a proveedores de servicios y medios de comunicación, pero en vez de ello, juega con el destino y vida de un sector socavado por la crisis económica antes y después de la pandemia.     

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