En México 20.7 millones de niños y adolescentes viven en situación de pobreza: Coneval   

Foto: UNICEF.

  • El consejo apunta que el panorama es más complejo para los menores indígenas, quienes alcanzan porcentajes de pobreza cercanos al 80%(78.6 para niños y 78.2 para adolescentes)

Foto: Bernardino Hernández / Claroscuro.

AN / CDMX.-En 2016, 52.3% de las niñas y niños en México se encontraban en situación de pobreza y atenderlos se vuelve prioritario ya que, de lo contrario, existe una mayor probabilidad de que ésta se vuelva permanente y sus consecuencias sean negativas e irreversibles, indicó el Consejo Nacional de Evaluación de la Politica de Desarrollo Social en el marco del Día del Niño.

De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, publicado por el Coneval, de ese 52.3% de niños y niñas (0 a 11 años) en situación de pobreza, 42.6 estaba en pobreza y 9.7 en pobreza extrema; mientras que el 48.8% de los adolescentes (12 a 17 años) estaban en la misma situación (41.1 en pobreza y 7.8 en pobreza extrema).

Es decir, en total en México hay unos 20.7 millones de niños y adolescentes que viven en hogares que experimentan algún tipo de pobreza.

Distribución de la población total e infantil según condición de pobreza, México, 2016

El consejo apunta que el panorama es más complejo para los menores indígenas, quienes alcanzan porcentajes de pobreza cercanos al 80% (78.6 para niños y 78.2 para adolescentes).

Distribución de la población infantil indígena según condición de pobreza, México, 2016

Con los menores en contextos vulnerables es probable que presenten algún tipo de desnutrición con repercusiones en el aumento del riesgo de mortalidad en los primeros años de vida y, en el largo plazo,
consecuencias en el desarrollo cognitivo.

En 2016, el 77.7% de los niños entre tres y cinco años asistían a un programa del sistema educativo,
el resto de los infantes, 22.3%, no tenía otras posibilidades de aprendizaje fuera de las proporcionadas
en el hogar. En ese mismo periodo, menos del uno por ciento de los niños y niñas de seis a once años
no asistían a la escuela, pero en los adolescentes entre doce y catorce años el porcentaje ascendió a
6.2, mientras que entre los quince y diecisiete años a 24.9 por ciento.

En ese sentido expuso cómo en 2015 se registró que el porcentaje de personas que no asistían a la escuela por motivos económicos se incrementaba conforme aumentaba la edad escolar, al pasar de 4.8% de las niñas y niños en edad prescolar a casi 26% en los jóvenes de 15 a 17 años.

Además, existían cerca de 1 millón 370 mil niñas, niños y adolescentes que incurrían en un tiempo excesivo de traslado a la escuela, lo que supone un riesgo permanente de abandonarla.

Por otra parte, entre los factores de riesgo para esta población, de acuerdo con el Informe de Evaluación 2018, se encuentra la falta de control de los peligros asociados a los alimentos, lo que promueve una mayor
incidencia de enfermedades gastrointestinales. En 2016, la tasa de muertes por enfermedades
diarreicas fue de 7.1 por cada 100 mil niños menores de cinco años.

Por otro lado, en 2015, el 12.4% de los menores de cinco años presentaba desnutrición crónica y si solo se toma en cuenta a los menores que radican en zonas rurales el porcentaje asciende a 18.9.

Y en el aspecto de trabajo infantil, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación Empleo
2015, 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes entre cinco y diecisiete años estaban trabajando, es decir, un 8.4% del total de esta población. La mayoría de estos menores, que representa el 89.6%, desempeñan ocupaciones no permitidas. Esta situación afecta su acceso y aprovechamiento a la
educación, pues el 37% de ellos no asiste a la escuela.

Entre las recomendaciones del Coneval se encuentran las siguientes:

  • Otorgar a todas las niñas, niños y adolescentes las mismas oportunidades para un desarrollo
    adecuado, a través de políticas públicas que tomen en cuenta las realidades heterogéneas que
    enfrentan estos grupos poblacionales y eliminen las barreras que privan a los más pequeños
    de un futuro mejor.
  • Atender las necesidades de la primera infancia, pues es una etapa crucial para impulsar el
    potencial de cualquier persona.
  • Vigilar el cumplimiento de lo establecido en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, para asegurar el acceso de las niñas, niños y adolescentes a sus derechos.

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