Medallista olímpico Mo Farah fue secuestrado de niño de Somalia a Reino Unido y esclavizado

El atleta británico Mo Farah. Adam Davy / AP

  • El deportista dio a conocer que su verdadero nombre es Hussein Abdi Kahin. Recientemente reveló que su padre nunca había estado en el Reino Unido y murió víctima de una bala perdida cuando el atleta tenía cuatro años. Asimismo, informó que su madre y sus hermanos viven en la granja de su familia en el estado separatista de Somalilandia.

RT / REINO UNIDO.-El atleta británico Mo Farah, nacido en Mogadiscio, Somalia, reveló este lunes a la BBC que fue traficado al Reino Unido cuando era niño y obligado a trabajar como sirviente.

El corredor de larga distancia había contado anteriormente que llegó al país europeo con sus padres desde Somalia como refugiado. Sin embargo, recientemente dio a conocer que su padre nunca había estado en el Reino Unido y murió víctima de una bala perdida cuando el atleta tenía cuatro años. Asimismo, informó que su madre y sus hermanos viven en la granja de su familia en el estado separatista de Somalilandia.

Además, reveló que su verdadero nombre es Hussein Abdi Kahin y que el nombre de Mohamed Farah se lo dio una mujer que lo sacó desde Yibuti, país fronterizo con Somalia.

«Durante años bloqueé lo que realmente pasó», admitió el ganador de cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016.

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Farah relató que, una vez en el Reino Unido, la mujer lo llevó a su apartamento en Londres y le quitó el papel donde tenía apuntados los datos de contacto de sus familiares. «Lo rompió y lo tiró a la basura justo frente a mí. En ese momento, supe que tenía problemas», señaló el atleta, y contó que «si quería comer» debía hacer las tareas del hogar y cuidar de los niños.

Luego de unos años en el país, el deportista se inscribió en una escuela local. Según su antigua tutora, Sarah Rennie, era un niño «emocionalmente y culturalmente alienado».  

La situación de Farah comenzó a cambiar cuando estableció un vinculo con su maestro de educación física y le reveló su verdadera identidad, sus antecedentes y la familia para la que se vio obligado a trabajar.

Posteriormente, el profesor se puso en contacto con los servicios sociales y ayudó al niño a ser acogido por otra familia somalí.

«Aún extrañaba a mi verdadera familia, pero desde ese momento todo mejoró», recordó el corredor olímpico. «Sentí que me quitaron un gran peso de encima. Fue entonces cuando apareció Mo, el verdadero Mo», agregó.

Farah quiere contar su historia para desafiar las percepciones públicas sobre el tráfico de personas y la esclavitud. «No tenía ni idea de que tanta gente estaba pasando exactamente por lo mismo que yo. Simplemente muestra lo afortunado que fui», dijo. «Lo que realmente me salvó, lo que me hizo diferente, fue que podía correr«, subrayó.

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