Lo que está en juego

La Grilla en Tabasco

El primero de julio acudiremos a las urnas para elegir gobernador, así como otras autoridades y legisladores. Pero debe tenerse muy claro que no se tratará de una especie de consulta popular para evaluar al actual gobierno. Y lo afirmamos por varias razones:

  1. El candidato del partido que postuló al actual gobernador, el PRD, no se formó al lado suyo. A diferencia de lo ocurrido en otros tiempos, aquí y en otras partes, Gerardo Gaudiano Rovirosa tiene su propia historia y no es “hechura” de Arturo Núñez Jiménez:

Nieto de un ex gobernador a su vez con aciertos y omisiones, se inició en política y logró ser diputado federal bajo la protección de Andrés López Obrador, aunque éste se deslindó de él en las elecciones municipales de 2015 y 2016, cuando sin ser cercano al jefe del Ejecutivo se convirtió en la carta del perredismo para Centro.

Suscribió el compromiso de buscar la reelección como alcalde, pero cambió de opinión y buscó la candidatura para gobernador. Se le allanó la vía.

A partir de la experiencia de la elección intermedia, cuando ganó principalmente como resultado de la unidad interna alcanzada en el amarillo y también porque Obrador se equivocó al nominar a Octavio Romero, estimó que sería competitivo para el proceso electoral en marcha. El desenlace se conocerá pronto.

  1. Nos encontramos en la recta final de contiendas que poseen la singularidad de que por primera vez –aunque ya compitió en 2006 y 2012 con buen posicionamiento- todo indica que un tabasqueño podría convertirse en Presidente de la República.

El alcalde con licencia ya tenía suficiente camino andado como para medir de qué tamaño es el reto que enfrenta, dado el apasionamiento político existente por tal motivo, además de que durante poco más de año y medio tuvo la oportunidad de demostrarles a los ciudadanos de Centro de qué está hecho.

Obrador representa una especie de fenómeno sociológico que rebasa cualquier parámetro establecido por estudiosos de la ciencia y actividad política.

Independientemente de eso, los principales adversarios de Gerardo, Adán Augusto López Hernández y Georgina Trujillo Zentella, poseen mayor trayectoria.

  1. Núñez ha demostrado que es y continuará siendo congruente con su casi medio siglo de servicio público, tiempo que en gran parte dedicó a la construcción del sistema electoral mexicano vigente, en cuyo contexto el propio Obrador hoy manifiesta su confianza en que se respetará el voto.

El gobernador será evaluado por los ciudadanos, independientemente de los resultados de los próximos comicios.

En los tiempos venideros podrá valorarse el hecho de que Núñez mantuvo la barca a flote en la tormenta que se vivía en Tabasco ya al iniciar 2013, producto no simplemente de lo que hizo o dejó de hacer Andrés Granier, sino del abuso y mala administración de los gobiernos de Manuel Andrade, Roberto Madrazo y otros.

A finales de 2014, Pemex y las empresas que le trabajan colapsaron por una serie de factores, internos y globales, lo que se tradujo en el despido de unos 30 mil trabajadores. Eso trajo consigo efectos recesivos en la economía y pegó duro en las finanzas públicas.

Para colmo, bandas criminales ya actuantes en otras partes del país incursionaron e incrementaron su actividad en Tabasco, al tiempo que delincuentes locales atendieron al mensaje implícito y maniqueo que transmitimos medios y redes sociales: “Pueden hacer lo que quieran… hay impunidad”.

Esta es la hora en que se escuchan muchas promesas bonitas de parte de los candidatos. Ya llegará la hora de tomar el toro por los cuernos.

Twitter: @JOchoaVidal

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