Salud, seguridad, dinero y confianza

La Grilla en Tabasco.

¿Cómo lograr que a partir de la entrada en funciones de las nuevas administraciones estatal y de los 17 municipios, en Tabasco se perciba un cambio a la brevedad posible? El primer reto es de comunicación permanente de las autoridades con la gente, mediante una estrategia eficaz que dimensione el esfuerzo gubernamental, los alcances y a cada paso inyectar confianza.

Ello no tiene por qué implicar enormes erogaciones presupuestales, sino una tarea profesional y de equipo, que entienda las complejidades de dicha comunicación, lo mismo por medios tradicionales como la radio y la prensa, que con las redes sociales en donde –citando a cierto ex gobernador que ya tocó fondo- en la mañana te inventan un chisme y en la noche te lo demuestran.

Pero lo que se habrá de comunicar no es la prolongación de una esperanza cuando lo apremiante son resultados: hechos concretos que, en principio, se esperan en términos de reactivación económica, recuperación del sector salud el cual está en crisis desde hace muchísimos años (sucede en otros estados y países) y abatimiento sensible en el rubro de inseguridad.

Las inversiones ya anunciadas por Andrés López Obrador serán fundamentales, pero necesitamos que al plazo inmediato nos ayude con recursos extraordinarios para el rescate del sistema de salud pública, de manera que los usuarios de los servicios del ISSET, de hospitales como el Juan Graham, Gustavo A. Rovirosa, Del Niño, De la Mujer, al igual que de los nosocomios y centros de atención primaria ubicados en los municipios perciban el cambio.

Con eso se habrá obtenido un gran avance en el indicador de percepción de bienestar. Desde luego que para hacerse cargo de esa gran responsabilidad, el gobernador electo Adán Augusto López Hernández necesita a alguien que sea experto en el tema, que tenga fortaleza de carácter y a la vez posea sensibilidad social. Nunca más alguien miedoso que, por quedar bien con el jefe, mienta o simule, o se quede en el clásico “sí señor”.

En materia de seguridad, el complejo reto que se tiene enfrente obliga a la conformación de un equipo cuyos integrantes llenen perfiles idóneos, porque de nada sirve detener a los delincuentes si se violan derechos fundamentales y la inteligencia se queda en el papel, lo que deriva en que el sistema judicial posteriormente se vea obligado a liberar a los acusados y se le eche la culpa de ello al nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales o a que el juez se vendió.

Son varios los aspectos que no deben descuidarse.

Con una visión holística, bajo la premisa de que está en juego todo el proyecto obradorista, esperamos que –evidentemente con respeto a la autonomía municipal- se cuide que las autoridades municipales no incurran en los clásicos excesos: que no se suban al ladrillo y se mareen; que contesten llamadas telefónicas y mensajes como lo hacían cuando andaban pidiendo el voto; que expliquen a la gente cuándo se puede y cuándo no.

Especial cuidado deberán tener los servicios municipales. Habrá que elaborar proyectos ejecutivos viables, para el rescate de la infraestructura urbana y rural. En Villahermosa, Cunduacán, Cárdenas y otras ciudades, un aguacero de mediana intensidad basta para que se sature el obsoleto e inservible drenaje, en tanto que el desabasto de agua entubada (¿potable?) es crónico.

Hay mucho por hacer. Y en el marco también del proyecto obradorista, la Legislatura local tiene mucho trabajo pendiente. Más les vale a esos diputados que tampoco pierdan el piso, y se extravíen en el futurismo y pactos inconfesables.

Twitter: @JOchoaVidal

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