Un motivo para “festejar”

Desde a Janela

Una noticia que ante tanto festejo artificial (con acarreados e invitados forzosos) ha pasado prácticamente desapercibida, es el rescate de unos presos que como si se tratara de una película de acción de alto presupuesto, fue llevado a cabo por miembros de la delincuencia organizada en el penal de Tula en el estado de Hidalgo.

Y lo más sorprendente de todo es que aparte de que los criminales “rescatistas” utilizaron armas de alto poder y un camión modificado como buldócer para derribar la puerta principal del centro penitenciario, lo que muestra el alto poder económico que detentan; estos también realizaron la acción con tanta precisión como sucedió en aquella legendaria operación en la que Otto Skorzeny rescató a Mussolini de un hotel ubicado en las montañas centrales de Italia en el cual se encontraba prisionero tras su destitución y es que entraron directo a la celda en la que se encontraban ubicados sus jefes y después, sin que nadie los molestara se fueron del lugar.

Uno de los “rescatados” es un sujeto apodado como “El Michoacano”, quien es un cabecilla de un grupo criminal denominado “Pueblos Unidos” que se dedica a traficar combustible (huachicoleo) y hace tres días había sido aprehendido en Texcoco por parte de las autoridades federales y esperaba su audiencia inicial.

Lo anteriormente narrado necesariamente nos lleva a pensar que en estos momentos México se encuentra muy lejos de ser un Estado soberano, ya que en estos tres años se ha visto como una y otra vez los criminales mancillan a las instituciones y el gobierno que tiene la obligación constitucional de preservar la soberanía estatal, simplemente no hace nada y voltea para otro lado cuando los criminales maniobran.

Este grave suceso no es un caso aislado, sino que se suma al tristemente célebre “culiacanazo” y a la fuga de miembros del cártel de Sinaloa que sucedió hace dos años en el mismísimo Reclusorio Sur de la Ciudad de México y que hasta la fecha no ha sido esclarecido.

La debilidad del sistema penitenciario mexicano no es nada nueva, puesto que antes también hubo fugas, pero lo que sí es nuevo es el descaro y la frecuencia con la que suceden; antes por lo menos recurrían al ingenio y creaban túneles y/o sobornaban a ciertas autoridades, pero ahora ya llevan a cabo los “rescates” por la puerta principal y con la corrupción cundida en todas partes.

Y digo que hay corrupción en todas partes, porque este suceso tiene muchas aristas que deben de ser analizadas y de ninguna manera hay que conformarse con una explicación simplista como sería decir que hubo corrupción en el penal, la cual seguramente la hubo, pero solo es una parte del entramado, ya que todos los elementos que aparecen en ese evento resultan sospechosos.

Por ejemplo, si a los señores que estaban detenidos se les pretende imputar la comisión de un delito federal como lo es el tráfico de combustible, ¿Por qué fueron internados en un penal estatal y no en uno federal de mayor seguridad?, ya que hasta donde se sabe, los imputados, acusados y sentenciados por delitos federales se encuentran en establecimientos federales y además eso fue lo mismo que sucedió con los fugados del Reclusorio Sur y el haberlos colocado en prisiones estatales es una muestra de corrupción.

Otra cosa a considerar es la debilidad absoluta de todas las aduanas mexicanas en las que impera absolutamente la corrupción, ya que no es posible que las armas de alto poder ingresen al país sin ningún contratiempo, ya no hay decomisos de cargas; sé que es imposible cuidar las fronteras terrestres y marítimas y evitar en su totalidad el contrabando, pero el no hacer absolutamente nada para combatirlo, es algo totalmente incomprensible si en verdad pensamos que la lucha anticorrupción que pregona el gobierno fuera seria.

Y así nos podemos dar cuenta que la soberanía nacional está destruida y quien la tiene en ese estado es la total corrupción que impera en el gobierno, el cual ya no solo parece coludido con el crimen organizado, ya que cada vez se van acumulando más sucesos que prueban que la colusión es real.

Así que el presidente festejó sus primeros tres años no con sus acarreados, sino con otra victoria más del crimen organizado sobre el Estado mexicano.

¡Ése sí que es un festejo para Usted Señor Presidente!

felfebas@gmail.com

Twitter: @FelipeFBasilio

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