Renovación de la Universidad Pública

Mutatis mutandis

Como siempre, la realidad alcanza a todo y a todos; y por tanto, influye y condiciona, afecta y trastorna.

Hoy por hoy. Otras son las condiciones  y  evoluciones, y otras las situaciones  y perspectivas.

Hay que identificar retos y oportunidades, problemas y soluciones. Tarde o temprano, reaccionar es inevitable.

Lo primero y básico,  es desplegar  todas las capacidades y habilidades, para reconocer esas nuevas condiciones. Analizar, estudiar y proponer reacciones y acciones, efectivas y pertinentes; para tratar de consolidar y hasta de mejorar lo benéfico y positivo; o para cambiar, modificar o innovar lo existente.

Pero también debe advertirse y alertarse, la posible presencia de  otras actitudes negativas, como evadir, distorsionar, ignorar, ocultar, posponer,  o minimizar lo que ocurre y necesita atención; o como las de indiferencia, desinterés  o pasividad, para no hacer nada; para dejar hacer, y dejar pasar.

UNIVERSIDADES EN CRISIS.

El pasado 9 de octubre, 25 universidades realizaron un paro de labores, en apoyo a 9  que ya no pueden pagar sueldos, prestaciones y otros gastos.

Cierto, que las afectadas son casi la cuarta parte de las instituciones autónomas estatales; pero cierto también, que todas sin excepción, en su ámbito tienen que revisar,  su situación y perspectivas, sobre todo en un contexto nacional, en el que la educación superior, está cambiando, exigiendo modernizar su administración y finanzas.

En efecto, hasta hoy las universidades en crisis son las autónomas de Nayarit, Zacatecas, Morelos, Tabasco, Oaxaca, Michoacán, estado de México, Sinaloa y Chiapas.  Importante tener presente, que la responsabilidad  en unas, se atribuye a faltas o errores de gobiernos estatales; en otras, a fallas o abusos de sus rectorías; e incluso en algunas, a inflexibilidades sindicales.

Preocupa que en general, todas están y serán afectadas, en mayor o menor medida, por sus propias limitaciones,  ineficiencias  y, salvo excepciones,  hasta por su corrupción interna; además, las crisis económicas y de finanzas públicas nacional y estatales, configuran situaciones y perspectivas adversas o poco favorables.

La organización sindical universitaria nacional  CONTU, que encabeza Enrique Levet, destaca entre otros aspectos, los devastadores efectos que causa la suspensión de pagos a miles de trabajadores, quienes sin deberla ni buscarla, junto con sus familias pagan las consecuencias. Incluyéndose también, la afectación a cientos de miles de estudiantes, que quedan sin clases ni actividades.

Ante inocultable y creciente problema, la educación superior debe atenderse. Bien por la apertura al diálogo y a la búsqueda conjunta de soluciones viables.  

En este contexto, toda Universidad Pública está obligada a asumir sus responsabilidades, propias y con la sociedad, a la que se debe. Garantizar, que no pertenece a una persona o grupo, ni es exclusiva de una ideología, corriente científica o estilo artístico. No es empresa privada, ni debe ser  fuente de negocios turbios, beneficios ilegales  o privilegios indebidos,  para personas, grupos o familiares.  

Para su desempeño,  ciudadanía y sociedad, le destinan y confían recursos  públicos y le han dotado de atribuciones consignadas en diversas leyes. Por lo que en toda situación se debe tener presente, origen y destino.

Así, ser universitario responsable, es ser partícipe permanente, en el infatigable esfuerzo de lograr la plenitud de la existencia individual y colectiva; así como  participar y contribuir,  en la interminable construcción de  un mundo mejor.

No esperar resignadamente. Ni invocar religiosamente,  la fuerza que venga de fuera para transformar y lograr lo que se anhela. Mucho menos imponer la simulación y aceptación obligada de una realidad inexistente.

Sentido universitario centrado, antes que todo en  ser humano; en atender a la sociedad porque se es parte de ella.

Digámoslo e insistamos, para que no se olvide o minimice. Individuo y Sociedad, son origen y destino de la Universidad pública.

Importante atender y resolver, conocidos y padecidos  problemas, como ineficiencia, corrupción y delincuencia gubernamental; problemas,  que no  son ajenos a los organismos autónomos, como las universidades públicas.

Para reaccionar bien y a tiempo, son imprescindibles participación y evaluación ciudadana y social; instrumentos claves, para gobernar al gobierno y asegurar buenos resultados.

Además, imposible ignorar, minimizar o desatender, la Reforma del Estado mexicano, que apenas ha empezado y ya muestra sus múltiples consecuencias, en instituciones  y  dependencias oficiales.

El cuanto a  las universidades públicas, hay entre ellas diferencias e incluso buenas excepciones, pero a todas urge fortalecerlas; empezando por aquellas en donde se comprueba, que  padecen mediocridad y perversidad, corrupción e impunidad. Ningún presupuesto alcanza, ante una cada vez menor cobertura y cuestionada calidad del servicio.

MÁS Y MEJOR EVALUACION PARTICIPATIVA.

Sin excepción alguna,  es imprescindible asegurar cumplimiento puntual de transparencia, rendición de cuentas y fiscalización objetiva, independiente y eficiente. Atribuciones irrenunciables de ciudadanía y sociedad, así como de los correspondientes órganos o poderes del Estado que, por ley,  tienen esta atribución.

Pensamiento crítico y actitud constructiva,  llevan  a  la evaluación objetiva como obligado punto de partida; y, desde luego, a la ineludible obligación de su fiscalización y contraloría externas.

En fin,  para incluir  en su caso,  coincidencias o diferencias, hay que exigir, la existencia de principios, libertades y derechos esenciales.

El sentido universitario individual, es una singular oportunidad; y a la vez una responsabilidad, un ineludible compromiso social. 

El colmo es que insuficiencia y delincuencia, ineptitud y corrupción, mediocridad y simulación,  se dan, crecen y persisten en muchas universidades.

Instituciones,  en donde esfuerzo y  evaluación permanentes, optimismo, y otras actitudes positivas  deben fortalecerse y aprovecharse, a partir del análisis objetivo y  del pensamiento crítico,  para propiciar  acuerdos reflexivos; y si es posible,  diálogos  y  debates,  para encontrar respuestas y hasta soluciones a los problemas planteados. Verdaderas respuestas y soluciones, no simulaciones.

Seguimiento y control, evaluación y corrección verdaderas. No a modo, ni carnal o de encubrimiento y simulación.

Cada Universidad Pública debe ser evaluada en su ámbito gubernamental federal o estatal; y en su contexto regional, por sus necesidades y características propias.

La autonomía es, en principio,  más responsabilidad y confianza para fortalecer la institución; y que cumpla puntualmente con su responsabilidad social y sus funciones. No para aislar, encubrir  y proteger ineficiencia y delincuencia.

-Académico. IIESESUV

Twitter @RafaelAriasH, Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH

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