Pese a medidas de austeridad y triunfalismo de AMLO, finanzas públicas opacan el Segundo Informe

Foto: Cuartoscuro.

  • Con ingresos que siguen a la baja, en la segunda mitad del año se expandirá el déficit de los requerimientos financieros del sector público (RFSP) para alcanzar al cierre 1.24 billones pesos, el equivalente a 5.4% del PIB.

AN / MÉXICO.- En la segunda mitad del año, se expandirá el déficit de los requerimientos financieros del sector público (RFSP) para alcanzar los 1.24 billones pesos al cierre de 2020, el equivalente a 5.4% del PIB, estimaron economistas de Banorte.

En su informe de las finanzas públicas, la Secretaría de Hacienda reportó que a julio el déficit en ese renglón fue de 495 mil 800 millones, que equivalen a 2.1% del Producto, resultado de una contracción de 10.7% de los ingresos en términos reales frente al año pasado y de un aumento de 3.8% en el gasto.

En consecuencia, para fin de año el Saldo Histórico de los RFSP pasará de representar 51.9% del PIB a 55.4%, previeron los economistas del grupo financiero.

El deterioro de las finanzas públicas se atribuye sobre todo a una reducción de 4.7% en términos reales de los ingresos totales frente al año pasado.

“Estos resultados apuntan a un debilitamiento gradual de las finanzas públicas, especialmente de los ingresos, que presentan una caída significativa a pesar del incremento anual de 53.8% en los no petroleros no tributarios, que incluye el uso de fondos y fideicomisos”, coincidió Citibanamex.

El saldo histórico de los RFSP se ubicó en 12 billones de pesos, equivalente a 51.9% del PIB, de lo cual 7.3 billones corresponden a deuda interna, esto es el 60.6% del total. El componente externo del saldo sumó 215 mil 500 millones de dólares, que equivalen a 4.7 billones de pesos o a 39.4% del total.

Por su parte, la deuda neta del sector público federal se ubicó en 12.2 billones, de lo cual 7.4 billones corresponden a deuda interna, mientras que la deuda externa suma 219 mil 300 millones de dólares, equivalentes a 4.8 billones de pesos.

En julio, los ingresos volvieron a caer, lo que se combinó con un aumento marginal en el gasto. La caída de los ingresos totales fue de 10.7% año contra año en términos reales, empeorando los resultados a junio, derivado de una baja de 27.3% de los ingresos petroleros a causa de menores volúmenes de producción.

Sin embargo, los ingresos tributarios mejoraron en el margen, lo que los economistas de Banorte atribuyen que puede deberse a la reactivación de la economía, con un incremento de 0.8% de los ingresos por ISR, pero que se combinó con una disminución de 19.5% de la recaudación del IVA y de 0.7% en el caso de los Impuestos Especiales sobre Productos y Servicios (IEPS).

Mientras tanto, el gasto avanzó 3.8%, lo cual podría estar relacionado con el uso de los distintos fondos de estabilización, así como con el gasto adicional relacionado con la pandemia. Específicamente, el gasto programable aumentó 6.7%, con un avance de 25% en los ramos administrativos, mientras que en los autónomos cayó 6.2%, y dentro del gasto no programable, las participaciones cayeron 18.7%.

Reducción de ingresos en los primeros siete meses

En el acumulado de los primeros siete meses del año, Hacienda reportó ingresos presupuestarios por 2 mil 998.2 millones de pesos, 236 mil 600 millones por debajo de lo esperado, de lo cual los ingresos petroleros sumaron 302 mil 200 millones, una reducción contra el año pasado de 39.2% en términos reales.

Los ingresos tributarios también cayeron, al sumar 2 mil 004 millones 200 mis pesos, una cifra menor en 104 mil 900 millones a lo anticipado, una disminución de 0.8% año contra año en términos reales.

Si bien los ingresos por ISR avanzaron 1.2%, lo cual a juicio de Banorte se debe en parte a los cobros extraordinarios a diferentes corporativos, los relacionados con el IVA tuvieron su peor desempeño al caer 3.7%.

En tanto, la recaudación por concepto de Impuestos Especiales de Productos y Servicios (IEPS) cayó 3.5%, los ingresos de los organismos de control directo (IMSS e ISSSTE) aumentaron 2.3% a 254 mil 100 millones, y los de CFE disminuyeron 7.6% a 221 mil 600 millones.

Por su parte, los ingresos no tributarios se dispararon 53.8%, al sumar 216 mil 200 millones, luego de contabilizar las transferencias de los fideicomisos sin compromisos previos del gobierno federal.

En materia de erogaciones, el gasto total fue de 3 mil 438 millones 600 mil pesos, de lo cual el gasto programable avanzó 4.8%, a 2 mil 478 millones 900 mil, debido sobre todo a un incremento de 14.8% en el ramo administrativo: en el que Banorte destaca el aumento de 337.5% en la Secretaría de Economía y de 289.7% en la Secretaría de Turismo.

El IMSS también incrementó su gasto en 8.6%.

El gasto fue menor en 183 mil 800 millones contra lo presupuestado, que se explica por un menor gasto en el rubro primario, pero superó en 2.4% el gasto del mismo lapso del año pasado. El costo financiero se expandió en 2.3%, en tanto que la mayor contracción se registró en la Comisión Nacional de Hidrocarburos, de 34.9%, pero también hubo reducciones del gasto en la CFE, de 16.9%.

En lo que se refiere al gasto no programable, y si se excluye el costo financiero de la deuda, la reducción fue de 7.6%, a 537 mil 500 millones de pesos, derivado de una contracción de 9% en las participaciones y a pesar de una expansión de 66.4% en los Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores (Adefas).

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