Periodismo en la 4T

La Grilla en Tabasco.

Hay quienes ven síntomas de inminente desaparición de los medios escritos y auguran -hasta desean- la extinción del periodismo. Lo cierto es que las transformaciones tecnológicas impactaron desde inicios del siglo pasado a la prensa y lo que sucedió fue que la comunicación masiva evolucionó, a veces para bien y otras para mal.

Algunos creen hoy que para informarse de cuanto sucede en su entorno basta con conectarse en redes sociales. Estiman que allí encontrarán verdades que ocultan los medios tradicionales. No se han percatado, según se observa, de que en Facebook, Twitter, entre otras aplicaciones, muchos de los contenidos son inventados, nada confiables.

Cuando nació la televisión, no faltó quien proclamara la desaparición de los cines y de la radio. Previamente se había dado por muerta a la prensa escrita.

El uso de la imprenta por los europeos -no la inventó Gutenberg sino los chinos, pero el alemán perfeccionó el uso de tipos- facilitó la impresión de libros y la propagación de las ideas, la literatura y, desde luego, las noticias.

No obstante, eso no significó que las masas se pusieran a leer libros ni que las innovadoras ideas de los pensadores franceses, por ejemplo, actuaran como motor de la toma de La Bastilla. Para tal efecto se conjugó una serie de factores y el ideario surgió más bien como explicación del fenómeno sociológico y político, si bien esos escritos sí llegaron lejos e inspiraron cambios.

En nuestro país, hasta hace unos treinta años, eran dos los periódicos de circulación nacional: Excélsior y El Universal.

Sobre todo el primero, el que podía ser encontrado en pueblitos a lo largo y ancho del territorio nacional, aunque su distribución allí era de 50 o cien ejemplares. No más de 110 mil para todo el país. A Villahermosa llegaban unos 200. En Ciudad de México, el de mayor circulación era La Prensa, por su contenido de sangre.

Cada entidad federativa tenía su o sus principales periódicos. En Veracruz, a finales de los setentas, el que llegaba a todo el estado era El Dictamen, pero incluso en el puerto se leía más Notiver, también por sus imágenes sangrientas y textos que satisfacen el morbo del lector.

En la capital estatal, el de mayor impacto era Diario de Xalapa, con un tiraje de unos 40 mil ejemplares; La Opinión, en Poza Rica; Mundo de Orizaba, El Sol de Córdoba, Diario del Istmo y Matutino de Coatzacoalcos, etcétera.

Sin importar que el noticiario de Televisa 24 Horas fuera el medio más visto en el país, esos periódicos -también El Informador de Guadalajara, El Heraldo de Chihuahua, El Norte de Monterrey, Diario de Yucatán (70 mil), Tribuna de Campeche, AM de León, Noroeste en Sonora…- influían más en la opinión pública local que cualquier otro medio.

Muchas estaciones de radio preferían transmitir música, en tanto que otras tenían noticiarios. Siempre ha habido y habrá nichos de mercado.

El internet modificó el panorama. De manera gradual, el periodismo se ha ido adaptando. Hay comunicadores y periódicos digitales que tienen millones de seguidores en redes. Hay otros que no, pero sus publicaciones pueden tener mayor impacto que los más seguidos. Ello depende de lo que exponen, denuncian, señalan.

Todo esto nos conduce a la respuesta a una pregunta que hemos escuchado, en el contexto de las disposiciones en materia de publicidad por parte de los gobiernos de filiación morenista, porque hay quien cree y dice que los periodistas y las empresas del ramo morirán de inanición, a excepción de quienes sigan los nuevos lineamientos políticos.

La pregunta es: ¿qué vamos a hacer los periodistas?

Respuesta: quienes nos dedicamos profesionalmente al periodismo continuaremos haciendo nuestro trabajo, necesariamente con mayor rigor profesional, en el ejercicio de las preferencias y libertades políticas garantizadas por la Constitución General de la República y con apego siempre al estado de derecho.

Por nuestra parte, tenemos amigos de diversa preferencia y militancia ideológica y partidista. Tratamos, en todo momento, de mantener el equilibrio, la credibilidad; actuando con respeto a todos y sin permitir jamás que se nos quisieran coartar nuestros derechos. Acumulamos 41 años en estas lides.

Twitter: @JOchoaVidal

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