Las ondas de radio del espacio podrían tener por fin una explicación: Duncan Lorimer

Imagen: European Southern Observatory.

  • Las estrellas de neutrones tipo magnetares podrían ser las responsables de las extrañas ondas de radio que se producen tanto dentro como fuera de nuestra galaxia.

Julio García G. / Periodista de ciencia /

AN / FLORIDA, EU.- El Universo, pese a parecer un sitio frío sin mucha actividad que afecte directamente a nuestro “mundo azul pálido”, la Tierra, siempre nos sorprende con alguna novedad cuando menos lo esperamos. Y este es el caso porque, hace unos 30 mil años, una estrella moribunda del otro lado de la Vía Láctea eructó una poderosa mezcla de energía en forma de ondas de radio y rayos X. Los rayos X, descubiertos en 1895 por el científico alemán Wilhelm Conrad Rontgen (1845-1923), son las ondas electromagnéticas más energéticas después de los rayos gamma.

El pasado 28 de abril, la energía de esta estrella llegó a la Tierra, activando las alarmas en varios observatorios alrededor del mundo.

Pero, ¿por qué ha causado tanto revuelo entre los científicos la presencia de esta energía tan inusual generada por ondas de radio tan poderosas?

Desde su descubrimiento en 2007, por Duncan Lorimer y su estudiante David Narkevic, las “Ráfagas Rápidas de Radio” o (FRB, por sus siglas en inglés) han desconcertado a los astrónomos, ya que las explosiones de estas poderosas ondas de radio duran solamente unos cuantos milisegundos, pero generan más energía en esos instantes que lo que nuestro Sol produce en una década.

Los científicos aún tienen que precisar qué causa las explosiones pero han aventurado diversas hipótesis, desde la presencia de agujeros negros que chocan, hasta los pulsos emitidos por tecnologías desconocidas de alguna civilización alienígena. Hasta ahora, cada FRB conocida se ha originado en otras galaxias, a cientos de millones de años luz, pero esta es la primera vez que se detecta una en nuestra propia galaxia.

En el caso de esta FRB, las observaciones con telescopios sugieren que las explosiones provienen de una conocida estrella de neutrones que se encuentra a unos 30 mil años luz de la Tierra en la constelación de Vulpecula, también llamada `La Zorra´. La estrella remanente, es decir, lo que queda de ella después de explotar, encaja dentro de una clase de estrellas llamadas magnetares, que poseen un potente campo magnético y que son capaces de escupir grandes cantidades de energía horas después de que su propia estrella ha muerto. Y parece ser que los magnetares son la fuente de algunos de los misteriosos FRB.

Una estrella de neutrones del tipo magnetar, es el núcleo compacto que queda cuando una estrella masiva, como una supernova, muere. Debido a que este tipo de estrellas no producen fusión interna en su etapa final, colapsan sobre sí mismas por efecto de su propia gravedad, lo que hace que quede un núcleo compuesto por neutrones de apenas 20 kilómetros de diámetro.

El magnetar en cuestión se llama SGR-1935-2154 y fue descubierto en 2014 cuando los científicos se percataron de la emisión de potentes explosiones de rayos gama y rayos X en intervalos azarosos. Después de permanecer quieta y callada por un tiempo corto, la estrella moribunda despertó de pronto emitiendo poderosas explosiones de rayos X. Fue entonces cuando un conjunto de telescopios en Utah y California en Estados Unidos, confirmaron que se trataba de los esquivos FRB.

De todas formas habrá que esperar a que se realicen estudios más profundos para descartar que sea una falsa alarma, pero todo indica que nos encontramos ante algo no tan insólito. Y es que lo misterioso y lo insólito aparecen cuando la ciencia todavía no tiene una explicación sobre algún fenómeno en particular, pero este velo se cae en el momento en que las herramientas de la razón entran en juego y superan a la ficción.

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