Humanidad: alerta roja

Foto: Ilustración / Reuters

Las advertencias sobre la amenaza de un ecocidio universal están a la vista. Voces sensatas lo advierten en todos los foros y centros de investigación científica: aún hay oportunidad de revertir el daño, pero queda poco tiempo para lograrlo.

Los fenómenos naturales han acentuado su presencia devastadora desde el año pasado y en diversos escenarios: desde severos periodos de sequía, con hambruna y pobreza crecientes en muchos lugares del planeta, hasta inundaciones que a su paso han causado pérdidas de miles de vidas, cuantiosos daños millonarios y pandemias letales como la provocada por el virus Covid-19, imputable en muchos aspectos a la ineficiencia (tal el caso de México y muchos otros países), de las políticas en materia de salud pública: más de 200 millones de contagios y más de 4.2 millones de muertes, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

La más reciente señal de alarma surgió el pasado 9 de agosto, cuando el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el ingeniero físico portugués António Manuel Guterres de Oliveira, dio a conocer el más completo informe sobre el tema, al que llamó “Una alerta roja para la Humanidad”, a cargo del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (PIECC)

Después de analizar más de 14 mil artículos científicos, este panel evaluó cómo el calentamiento global cambiará el mundo en las próximas décadas. Rescatamos puntos importantes del documento:

  • Las emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían rebasar un límite clave de la temperatura global en poco más de diez años.
  • No se descarta una elevación del nivel del mar que se acerque a los 2 metros a finales de este siglo. La tasa reciente de aumento del nivel marino casi se ha triplicado en comparación con el periodo 1901-1971, o un aumento de 5 metros para el año 2150.
  • La temperatura media mundial fue 1.09 °C más alta entre 2011-2020 que entre 1850-1900. Los últimos cinco años fueron los más calurosos registrados desde 1850.
  • La influencia humana es «muy probablemente» (90%) el principal impulsor del retroceso global de los glaciares desde la década de 1990 y la disminución del hielo marino del Ártico.
  • Las temperaturas extremas, incluidas las olas de calor, se han vuelto más frecuentes e intensas desde la década de 1950, mientras que los eventos fríos se han vuelto menos frecuentes y menos severos. «Es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, los océanos y la tierra».
  • «Es indiscutible que los humanos estamos calentando el planeta, no podemos estar más seguros», dijo uno de los autores del informe, el profesor Ed Hawkins, de la Universidad de Reading, Reino Unido. Desde

1970, las temperaturas de la superficie global han aumentado más rápido que en cualquier otro período de 50 años durante los últimos 2 mil. Este calentamiento «ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo». Las consecuencias seguirán empeorando con cada calentamiento, sostiene el profesor Hawkins.

Cambios irreversibles

  • El informe no deja lugar a dudas: el calentamiento que experimentado hasta la fecha ha generado cambios en muchos de nuestros sistemas de soporte planetario, que son irreversibles en escalas de tiempo de siglos a milenios. Los océanos seguirán calentándose y se volverán más ácidos. Los glaciares de montaña y polares continuarán derritiéndose durante décadas o siglos.
  • En grados Celsius, el aumento de temperatura global desde la época pre industrial ha sido 1.1°C.  El pronóstico sombrío es ahora de 1.5. Conviene recordar que casi todas las naciones de la Tierra se adhirieron a los objetivos del acuerdo climático de París en 2015, que propuso mantener el aumento de las temperaturas globales muy por debajo de los 2° C en este siglo y continuar los esfuerzos para mantenerlo por debajo de los 1.5° C.

¿Cuál es el problema actual? La indiferencia criminal de algunos gobiernos, que no han emprendido campañas para reducir los miles de millones de toneladas de CO2 que emitimos los seres humanos.

Algunos países, México entre ellos, son dirigidos por gobiernos que alientan el desarrollo industrial a base de energías contaminantes y desdeñan las fuentes de energía alternativa.

Desdeñan la nueva esperanza para el planeta Tierra: que la voluntad de las naciones y de sus pueblos logre “recortes profundos” en las emisiones de gases tóxicos, y se pueda así estabilizar el aumento letal de las temperaturas.

Guterres de Oliveira ha sido muy claro:  «Si unimos fuerzas ahora, podemos evitar una catástrofe climática. No hay tiempo para demoras ni lugar para excusas».

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