Entre unos y otros…nosotros

Foto: Ilustración

Lema asumido por Eduardo Mendoza Ayala, precandidato de

Movimiento Ciudadano a diputado federal en el distrito XIV

del Estado de México: Entre unos y otros estamos nosotros.

Luis Gutiérrez R.                       

La agenda de Movimiento Ciudadano para la próxima Legislatura del Congreso de la Unión (la LXV), tiene prioridades. Entre otras: Ingreso Vital, Seguro de desempleo, Federalismo fiscal, Protección al medio ambiente, Salvaguardia y empoderamiento de los derechos de la mujer…

Son de destacar estos objetivos, porque en los extremos de la liza se anticipa una tórrida disputa. Tres grupos opositores se unieron con un propósito principal: quitar a Morena la mayoría en la Cámara de Diputados y así poner coto a la hegemonía de un absolutismo presidencial sin contrapesos. De ganar el bloque opositor, ¿abrirá espacios a la representación plural y no cederá a tentaciones hegemónicas?

El autoritarismo presidencial sobre los otros poderes de la Unión ya le puso focos rojos a las elecciones intermedias del 6 de junio próximo. Los ejemplos están a la vista: la autonomía del Instituto Federal Electoral (IFE) ha sido puesta bajo presión porque el jefe del Ejecutivo exige se le permita criticar y opinar sobre la vida interna de los partidos políticos (asunto que la Constitución prohíbe al presidente), sobre todo durante los procesos electorales; previamente el INE ha sido sometido a una campaña mediática de descrédito, práctica recurrente en regímenes autoritarios e intolerantes.

El propio López Obrador se encargó de informar que será la Secretaría de Bienestar, por conducto de unos 10 mil empleados o representantes del llamado Banco del Bienestar, la que usará sus redes de “Siervos de la Nación” para hacer llegar a millones de mexicanas y mexicanos las hasta hoy inaccesibles vacunas contra la pandemia de Covid-19. La Secretaría de Salud fue hecha a un lado.

Ello significa que (si es que aparecen) las salvadoras vacunas para atacar un grave problema de salud pública, tal vez lleguen acompañadas de los programas de pensiones “para el Bienestar” que entregan bancos y mesas de pago. Remata la generosidad del presidente el anuncio de que, por esta vez, las pensiones para adult@s mayores de los bimestres de marzo-abril, mayo y junio de 2021, por un total de 5 mil 100 pesos, se pagarán en una sola exhibición el primer lunes de marzo.

El único pelo en la sopa del bienestar: durante la campaña electoral de 2018, los “Siervos de la Nación” estuvieron dedicados a promover al candidato presidencial de Morena: Andrés Manuel López Obrador.

Tenemos, decíamos líneas atrás, a dos competidores confrontados en torno a la posesión del poder y se corre el riesgo de distraer la atención de lo que ocurre con el ejercicio del poder. Con la forma de gobernar. Con la calidad de democracia, de gobierno y de ciudadanía que deseamos todos los mexicanos. Es algo que va más allá del simple desplazamiento del poder.

Los comicios de 2018 nos dejaron importantes lecciones. Una de ellas es que modificaron los modos de competencia por el poder y la forma de construir acuerdos políticos para el futuro inmediato. Porque destruir lo avanzado simplemente es sabotaje político.

Durante meses hemos visto la destrucción paulatina de lo que debieran ser arterias vitales de nuestra vida nacional. Va a ser muy difícil reconstruir la unidad social demolida a golpes de marro.

También durante meses hemos estado esperanzados en la nada fácil reconstrucción de la unidad. La impiden varios factores: la riqueza desmesurada de unos cuantos y la miseria abominable de las mayorías; la violencia, el crimen, la inseguridad y la impunidad; la lucha contra la corrupción, que se ha quedado en escudo retórico. Para colmo, la mentira y el engaño siguen de la mano con el poder público.

Las elecciones intermedias del próximo 6 de junio serán “las más grandes en la historia de México”. Lo serán en lo cuantitativo y lo cualitativo. Los números nos anticipan: habrá 21 mil 368 cargos y 15 gubernaturas en disputa. Se renovará la Cámara de Diputados, para lo cual deberán ser electos 500 legisladores, 300 por mayoría y 200 por circunscripción electoral.

La expectativa se ha reducido (o la han reducido conspicuos analistas) a una especie de dicotomía próximo año el mapa político de México cambiará de colores partidistas con base en dos referencias: el respaldo o el castigo a la administración actual que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador. Otro factor insoslayable es que sobre sus diputados descansa todo el proyecto de AMLO: son los que aprueban o desechan el presupuesto de gasto federal.

Creo, como muchos mexicanos más, que la expectativa de México es superior a esa dicotomía. Por fortuna, hay millones de compatriotas dispuestos a ver, analizar e inclusive optar por una nueva revolución cultural y política; por una nueva evolución de la sociedad mexicana, a distancia de rencores y odios, que sólo estorban al avance de la nación.

También soy un convencido de que, entre unos y otros, estamos nosotros.

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