Asedio a Palacio

El crimen organizado impone su ley sobre las calles aledañas a Palacio Nacional. Las autoridades de los tres niveles lo saben. ¿Harán algo?

En los años electorales, los funcionarios corruptos intensifican el saqueo y las bandas criminales conquistan nuevos territorios. Eso está tras la ejecución de candidatos, eso pasa en la capital donde los homicidios con arma de fuego se han incrementado 27.86% entre el primer cuatrimestre de 2017 y 2018. Francisco Rivas de Observatorio Nacional Ciudadano añade, que si la Delegación Cuauhtémoc “fuera una ciudad, estaría entre las más violentas del País”.

La Cuauhtémoc es la delegación más insegura de la CDMX y tiene varios focos rojos. En las calles que rodean al Palacio Nacional, han crecido en 2018 las gavillas de jóvenes armados desplazándose en motonetas. Han ido sometiendo al ambulantaje e imponiendo a los comerciantes establecidos nuevos tributos. El 20 de marzo, siete empresarios del Centro (cuatro hombres y tres mujeres) se reunieron con un mando de la Marina para pedir ayuda. También visitaron a la Policía Federal. Les pidieron que presentaran denuncia (ya lo hicieron) y que una autoridad local hiciera una petición por escrito.

El 12 de abril, la Asamblea capitalina nombró a Rodolfo González Valderrama Jefe Delegacional en la Cuauhtémoc. En entrevista me comenta, que “estaba enterado de lo que sucedía en el Centro Histórico e incluso participé en una de las reuniones entre comerciantes y Marina”. Al darse cuenta de la gravedad de la situación, el “primer oficio que firmé como delegado fue para pedir la intervención de los marinos”.

En el oficio del 13 de abril, el delegado solicita a la Marina que coadyuve “con las autoridades locales (gobierno delegacional y de la CDMX) en el monitoreo, vigilancia y contención del fenómeno delictivo” de dos colonias: Morelos y Centro Histórico. También pide que si la Marina “detecta infiltración, conturbernio o vinculación de personal de esta Delegación con grupos delictivos… proceda de manera inmediata a ponerlos a disposición de las autoridades competentes”.

El jefe de Gobierno, José Ramón Amieva tiene como pesado lastre el estribillo repetido durante cinco años por Miguel Ángel Mancera: “en la capital no hay crimen organizado”. En una larga conversación telefónica, Amieva evitó utilizar el término proscrito, pero reconoció que en Tepito y el Centro Histórico (entre otros polígonos capitalinos) actúan “grupos organizados para delinquir” que se desplazan en motonetas y son en extremo violentos por el armamento del que disponen.

Difiere de la petición hecha a la Marina por el Delegado de la Cuauhtémoc. Es enfático cuando añade que “ni el Ejército ni la Marina patrullarán las calles de la Ciudad de México”.

Luego aclara que su gobierno ya tiene un Grupo de Coordinación Administrativa con Sedena, Marina y Policía Federal, pero reconoce que en ese grupo no participan las delegaciones afectadas por la violencia criminal.

Hay muchas formas para enfrentar al crimen organizado, pero un ingrediente para el éxito es la coordinación de los tres niveles de gobierno que deben coincidir en la estrategia, los métodos y las operaciones. Armonizar a las dependencias se dificulta en años electorales cuando los partidos compiten por el poder. Para enfrentar la amenaza que se cierne sobre el Centro Histórico tienen que ponerse de acuerdo con un Delegado de Morena, un Jefe de Gobierno del PRD y un Ejecutivo del PRI.

En 1846-1847 la derrota frente a los Estados Unidos fue causada, al menos en parte, por la falta de coordinación entre las fuerzas del Estado. ¿Está sucediendo lo mismo en 2018?

Es paradójico que los partidos empujen para llevar a sus candidatos a un Palacio Nacional cercado por el crimen organizado. Urge que coincidan en un diagnóstico consensuado con la sociedad organizada y que actúen de manera coordinada. La batalla por el Centro Histórico no puede esperar al cambio de funcionarios. Ante la emergencia el jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, debe encabezar el esfuerzo tripartita para frenar el asedio y contener la amenaza que se cierne sobre el corazón simbólico de la nación. Sería una forma concreta de demostrar que “la Patria es primero”.

Twitter: @sergioaguayo
Colaboraron Mario Pável Díaz Román y Mónica Gabriela Maldonado Díaz.

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